Día 1: Estrellas [Primer Beso]

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Las puertas del estruendoso lugar se abrieron dejando salir el ruido eufórico de los fanáticos que habían ido a ver el popular concierto que brindaba la estrella y líder de gimnasio de Ciudad Hormigón, Roxie. A pesar de que la siguiente ronda de canciones empezaron a sonar, un par de jóvenes entrenadores tuvieron que dejar el lugar, debido a que cumplieron su misión.

—¡Wow, jamás había estado en un concierto de Roxie! —exclama Whi-two muy emocionada—. El tiempo se fue tan rápido que ni siquiera me di cuenta de que ya era tan tarde.

—Si quieres podemos quedarnos un poco más, el profesor Cheren comprenderá la situación —su compañero mantiene la puerta abierta esperando la respuesta de la chica, quien solo niega con la cabeza.

—Ya tuve mucha emoción por hoy, fue muy divertido —su suave sonrisa fue señal suficiente para Lack-two, cerró la puerta detrás suyo y extendió su mano en un gesto caballeroso, los nervios de Whi-two se asomaron por primera vez en el día, la había pasado tan bien recorriendo la ciudad, comiendo dulces, y hasta tomando fotos de lugares emblemáticos.

Todo eso el día de su cumpleaños, realmente no se lo esperaba, y mucho menos con el galán de la escuela, con Don Perfecto.

Lack-two regresó su brazo a su lugar y solo le dedicó una sonrisa, quizás el tomarse de las manos era demasiado para ella. Por su mente aún se pregunta porque decidió aventurarse a esta misión, con lo tímida y retraída que es. Tampoco le molesta, a diferencia de las otras chicas que solo lo buscan para que las coquetee, con Whi-two puede estar un poco más tranquilo. Con un movimiento de cabeza le indica a la entrenadora de que deben partir.

Ambos empezaron a caminar en silencio, las luces de las farolas iluminaban su camino, solo que por alguna razón se veía diferente, de hecho, todo el ambiente se sentía diferente.

Whi-two iba casi a la par que Lack-two, podía verlo de reojo mirando al horizonte, pensativo, ¿Quizás alguna nueva fórmula para ganarse el corazón de las chicas? ¿Nuevas frases? ¿Quizás regalos? Por un momento detuvo sus interrogantes junto con el pensamiento de que solo era un casanova. Su mirada era distinta, sería, quizás preocupada, una nueva interrogante pasó por su mente —¿Qué estará pensando?.

Los pasos de ambos se detuvieron. La joven entrenadora quedó impresionada ante el cambio de mirada de su compañero, ahora era una de alivio.

—Menos mal que si llegamos a tiempo -Lack-two extiende su mano hacia la zona donde la estuvo guiando, agradeció internamente que no se haya percatado del cambio de dirección hace tres manzanas atrás—. Recuerdo que en una ocasión mencionaste que te gustaba observar las estrellas, y cuando llegamos a la ciudad recordé que había un mirador con excelente vista y además se encontraba cerca —con su mano rascó un poco se cabeza avergonzado—. Disculpa que no te haya mencionado de esto, solo que —se detuvo.

Los orbes cerúleos lo miraban en completo silencio, curiosa.

—Solo que —continuó—. No sé cuándo volverás de nuevo a esta ciudad, así que quería que lo vieras.

Whi-two solo sonrió en silencio y se acercó a la barandilla, posando su mano. La vista era fantástica, el lienzo nocturno estaba adornado con esas pequeñas y titilantes luces que amaba ver desde pequeña. Lack-two se acercó también observando el firmamento.

—Gracias -susurró, sacando de sus pensamientos al entrenador.

—¿Eh?

—Gracias por este día, jamás me había divertido tanto —su cálida sonrisa volvía a relucir en su rostro. Lack-two no pudo evitar mirarla por unos segundos, para luego desviar su mirada.

—No es nada.

¿No es nada? ¿Que fue ese tipo de respuesta? —pensó para sí mismo, ¿Por qué de repente se sintió nervioso? Tampoco ayudó el hecho de sentir una mano cálida tomando la suya.

Whi-two estaba tomando su mano.

Su cuerpo se tensó un poco sin saber exactamente porqué, no estaba en una situación de peligro por lo que no tiene sentido ese repentino nerviosismo y tensión. Sin embargo, esa calidez era agradable, aún en la fría noche se sentía como estar al lado de una chimenea, confortable y tranquilo.

Decidió girarse y tener contacto con esos ojos azulados, que, por coincidencia también se cruzaron con los suyos, podían ver el reflejo del manto estelar en cada uno. —¿Desde cuándo las estrellas se volvieron más brillantes y hermosas? —pensaron al mismo tiempo, el espacio entre ellos se había acortado.

Whi-two decidió ignorar ese llamado interno a mantenerse en alerta de coqueteo, al menos ese día, Lack-two no la había incomodado, se mantuvo a una distancia no invasiva y no le había dicho esas frases de ligoteo desesperado, se sentía tranquila, tanto que no le importó acercarse más a él. Sentía curiosidad por ese lado más caballeroso y hasta quizás algo reservado en él.

Con lentitud y en silenció se acercaron más, lo suficiente para sentir la respiración del otro, lo suficiente para percibir el aroma de la crema corporal de almendras que usaba la joven, lo suficiente para notar esos ojos carmesí que eran mucho más hermosos de cerca.

El tiempo se detuvo esos pocos segundos que sus labios se juntaron con timidez, segundos que ambos deseaban que fuesen eternos, segundos donde pudieron expresarse de una forma en la que solo las parejas sabían.

Las manos de Lack-two tomaron los delicados brazos de Whi-two, en lo que por su parte decidió apoyar los suyos en el pecho del entrenador, pudiendo sentir sus acelerados latidos.

Un primer beso, el primer gran paso en el lenguaje del amor.

Caleidoscopio de besos [Corruptedshipping / Kisspril 2024]Where stories live. Discover now