ANTES DEL INFINITO (PRECUELA DE INFINITY)

1. Hermanos | Invierno del 2003

7 de Enero del 2003
12:10 AM

—Mi hermano se hará cargo de mi hijo, es su tutor legar. Su nombre es Laurence Donnovan. No vive aquí, estudia en Vermont, pero no debe tardar en llegar, hace unas horas que me dijo que venía. Esto se lo cuento para que no se lleven a mi hijo a servicios infantiles, solo esperen a que llegue mi hermano a recogerlo, por favor —soltó un suspiro de alivio luego de haber liberado todo lo que necesitaba sacar.

Paso un buen rato en la línea con esa operadora. Le contó bastantes cosas de su pasado, demasiadas como para habérselas dicho a una extraña. Tal vez en algún otro momento de su vida no se habría atrevido a contar tanto. Pero ahora eso ya no importaba.

Nada importaba...

—Gracias por haberme escuchado —su agradecimiento era sincero— Así puedo irme un poco más tranquilo.

Él supo desde el principio que las preguntas que ella lanzaba no eran más que un gancho para retenerlo ahí el tiempo suficiente hasta que llegaran a impedir su suicidio.

—Espere señor, por favor no cuel...

Lamentablemente la operadora no ganó suficiente tiempo.

Después de que terminara la llamada Ethan tomó el revolver que dejó sobre su escritorio, sacó el cartucho y dejó solamente una bala; prefería evitar accidentes que ya no pudiera controlar cuando se hubiera ido. Volvió a cargarla y la dejó preparada para cuando se sintiera listo.

Hace mucho que no tocaba un arma, aún así recordó cómo debía de armarla y desarmarla.

Su padre fue militar, veterano de la guerra de Vietnam. En varias ocasiones pareció que en su casa habitaba más bien un coronel del ejército que su progenitor. Muy pocas veces, o nunca, se comportó como tal. Siempre fue frío y extremadamente conservador. Tenía un método de crianza bastante cuestionable, incluso su madre se llegó a preocupar por que le enseñara ciertas cosas a sus hijos, como el uso de armas de fuego desde los trece años, pero sabía bien que lo mejor para todos era guardar sus comentarios si no quería recibir una bofetada como respuesta.

De todas formas, por mucho que se esforzaran su padre nunca estuvo conforme con ninguno de los dos.

«Uno es demasiado afeminado, y el otro es un debilucho que no puede hacer ni una lagartija, ¿qué clase de genes defectuosos tienes en tu familia para que nuestros hijos salieran así?» siempre le reclamaba a su esposa por los "defectos" que veía en Ethan y Larry.

Primavera de 1992

Larry era el hermano menor, Ethan le ganaba por cinco años, y a pesar de que cuando se volvieron mayores cinco años no parecieron tantos, mientras estuvieron creciendo se encontraron en diferentes etapas de su vida, por lo que nunca congeniaron mucho. Cuando Larry trataba de traer un recuerdo de su hermano a la cabeza no había ni uno donde hubieran convivido por más de diez minutos sin que acabaran peleándose.

Cuando se volvió adulto comprendió que el de la culpa nunca fue su Ethan, la verdad, no fue un mal hermano, pues en ocasiones este hasta demostró ser un mejor hermano que Larry.
Como aquella vez en la que rompió sin querer ese viejo y vulgar cenicero que su papá atesoraba como un recuerdo de su tiempo en Nam, él se echó la culpa a pesar de saber que el castigo sería severo, pero él lo hizo porque Larry aún era muy pequeño como para entender que ese cenicero con forma de mujer desnuda que le caía toda la ceniza entre las piernas no era un juguete; también se acordaba de esa otra ocasión cuando se cayó en la acera del vecindario por andar en el triciclo colina abajo, llegó con las rodillas raspadas y llenas de sangre con tierra, no había nadie más en la casa aparte de Ethan, su hermano que estaba iniciando con su faceta de adolescente, este solamente torció los ojos fastidiado porque tendría que dejar de ver la televisión, aun así no dudo en levantarse e ir a curarle los raspones con el botiquín del baño.