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La situación llegó a un punto crítico un día que Minseok jamás olvidaría. Mientras el equipo se preparaba para una sesión intensiva de práctica, una figura inesperada irrumpió en la sala de entrenamiento, atrayendo la atención de todos los presentes.

Era la esposa de Minhyung.

La mujer emanaba una elegancia y seguridad que capturaba la atención de todos en la habitación. Su cabello negro como el azabache caía en suaves ondas sobre sus hombros, y su rostro estaba iluminado por una sonrisa encantadora que dejaba a todos sin aliento. Todos los demás miembros del equipo se encontraron mirándola con fascinación, incapaz de apartar los ojos de la hermosa mujer que parecía haber salido de un cuento de hadas.

Todos menos Minseok.

Pues lo que realmente capturó la atención del más bajo fue la forma en que Minhyung la miraba. Había una suavidad en su expresión, una ternura en sus ojos, que lo hizo parecer más humano que nunca antes. Pese a que intentó ignorar la sensación de malestar que lo invadía, no pudo evitar sentir un pinchazo de envidia en lo más profundo de su ser. ¿Por qué Minhyung parecía tan feliz y cómodo al lado de su esposa? ¿Por qué parecía que el mundo entero, incluido él mismo, se desvanecía a su alrededor cada vez que la miraba?

A medida que observaba desde su rincón en silencio la interacción entre Minhyung y la mujer, una oleada de emociones contradictorias lo invadió. Por un lado, sentía una profunda tristeza y resignación, reconociendo una vez más su posición como un espectador en la vida de los demás, condenado a estar siempre en segundo plano. Por otro lado, sentía una rabia ardiente, un fuego que amenazaba con consumirlo por dentro ante la injusticia de su propia insignificancia. La sensación de ser invisible, de ser irrelevante, que había estado dormida en las sombras de su mente durante gran parte de su vida, ahora se alzaba con fuerza, amenazando con engullirlo por completo. ¿Cómo podía competir con aquella mujer, con su belleza y gracia incomparables? ¿Cómo podía esperar que Minhyung lo viera como algo más que un simple jugador en su equipo?

Pero lo que más lo sorprendió fue el destello de deseo que surgió en lo más profundo de su ser, un deseo vehemente de ser él quien estuviera en el lugar de la mujer, de ser él quien recibiera la atención y el afecto de Minhyung. Si bien intentó erradicar esos sentimientos, enterrarlos bajo capas de autoengaño y negación, no pudo evitar sentir una punzada de anhelo en su pecho mientras miraba la escena ante él.

Minseok se sintió como un niño pequeño, mirando a través de la ventana de una tienda de dulces, deseando poder probar el sabor prohibido de la felicidad que siempre había estado fuera de su alcance. Se encontró deseando desesperadamente poder ser alguien más, alguien que pudiera capturar la atención y el afecto del hombre que había comenzado a significar más para él de lo que jamás había imaginado.

Aunque sabía que sus sentimientos eran absurdos e infundados, no pudo evitar preguntarse si tal vez, solo tal vez, había una posibilidad de que Minhyung pudiera mirarlo a él de la misma manera que lo hacía con su esposa. A pesar de todas las pruebas en su contra, a pesar de todas las razones por las que sabía que era imposible, una pequeña voz en lo más profundo de su ser se negaba a rendirse, a querer ser primero en el corazón de Minhyung. Por primera vez en su vida, Minseok se encontraba dispuesto a luchar, dispuesto a hacer lo que fuera necesario para demostrar que él también merecía ser el centro de atención.

Aún después de que la mujer se marchó y la sesión de práctica continuó, el joven soporte luchó por concentrarse en el juego, tratando desesperadamente de ahogar los sentimientos tumultuosos que amenazaban con abrumarlo por completo. Pero cada vez que miraba furtivamente a Minhyung, su mente se llenaba de imágenes de lo que podría ser, de lo que podría tener si tan solo se atreviera a creer en sus propias fantasías.

Homewrecker ;; Keria x GumayusiWhere stories live. Discover now