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Al día siguiente cuando me desperté vi a Héctor tumbado en el sofá de mi habitación del hospital mirando el móvil.

- ¿Has dormido aquí? -pregunté con curiosidad y el asintió- ¿Por qué?

- Porque prefiero quedarme aquí y ver que estás bien -respondió levantándose y acercándose a mi

Uf si es que a este hombre no le puedo decir que no, le veo y se me cae la baba, pero tengo que hacerme la dura y hacerle sufrir; que sienta que si mete otra vez la pata me pierde.

- ¿Qué tal te encuentras? -me preguntó apoyando su mano cerca de la mía

- Bien -respondí- Aunque este collarín es bastante incómodo para dormir, ¿no me lo pueden quitar ya?

- Cuando venga tu amigo el enfermero le preguntas -dijo y yo rodé los ojos

- Tengo hambre -me quejé

- Ahora te traerán el desayuno -dijo

Y justo entró el enfermero por la puerta acompañado de una enfermera que me traía el desayuno.

- Buenos días, Lia ¿cómo te encuentras? -me preguntó el enfermero sonriendo

- Buenos días, me encuentro bien. Aunque la camilla es bastante incómoda y más con este collarín puesto, creo que hasta dormiría mejor en el sofá -dije y ambos reímos menos Héctor que estaba bastante serio

Héctor movió su mano que estaba cerca de la mía y agarró mi mano, haciendo que le mire.

Si alguien ve un tanga por ahí, es mío

La forma seria en la que miraba al enfermero me tenía babeando.

- El collarín ya puedes quitártelo -dijo y yo sonreí feliz, después él me ayudó a quitármelo

- Uf, por fin puedo moverme con libertad -dije

- Bueno, ahora dejaré que desayunes tranquila -dijo el enfermero sonriéndome para después salir de la habitación

- ihiri dijiri qui disiyinis trinquili -dijo Héctor poniendo voz chillona mientras rodaba sus ojos y yo reí

- No entiendo que problema tienes con él, es un chaval muy majo. Un buen partidario a ser mi próximo novio -dije para molestarle

- Anda, deja de decir tonterías y desayuna, que te está afectando -dijo poniéndome la bandeja de comida delante

Yo comencé a desayunar y él se sentó de nuevo en el sofá.

- Decías que dormirías mejor en el sofá porque estoy yo, eh -dijo y yo reí

- Vaya egocéntrico. -dije

- Solo estoy diciendo verdades. No me digas que no dormirías más cómoda en mi pecho -dijo

- Uf, yo creo que mejor en el del enfermero -dije para molestarle

- Sabes perfectamente que me prefieres mil veces a mi -dijo

- Ves, egocéntrico. Si es que tengo razón cuando lo digo -dije

- Que si, egocéntrico y todo lo que tú quieras pero sabes que tengo razón -dijo

- Pues no, no tienes razón, dormiría mejor en mi cama. Oye, ¿por qué solo vienes tú a verme? ¿Acaso les has prohibido la entrada a los demás o algo? -pregunte y el rió

- Ya vendrán a verte, no te preocupes. Acabas de despertarte ayer -dijo- Y no, no les he prohibido la entrada, aunque al enfermero se la prohibiría con mucho gusto -dijo haciéndome reír- Pero ¿por que siempre es el mismo? ¿no existen más enfermeros en este hospital?

- Yo es que de verdad, no sé qué problema tienes con el chico -dije

- Se acerca mucho a ti -dijo y yo reí

- Ya me jodería que no lo hiciera, es su trabajo Héctor, es enfermero no fontanero, su trabajo implica el contacto físico con los pacientes. Si es por ti tiene q tocarme con un palo a 100 metros de distancia -dije y él rió

- Pero aún así no me convence, eh -dijo y yo rodé los ojos- Por cierto deberías de hablar con tus padres, ya les dije ayer que habías despertado

Héctor me dio su móvil, pero cuando iba a sentarse de nuevo en el sofá agarre su mano.

- Puedo hacerte un hueco en la camilla -dije haciendo a un lado- siéntate conmigo un rato porfa, me apetece usarte de cojín

Héctor se sentó a mi lado y yo me acurruqué apoyando mi cabeza en su pecho.

- Héctor 1, enfermero 0. Se nota quien va ganando -dijo y yo reí

Luego llame a mis padres y comenzamos a hablar un rato con ellos y mi hermano. Hasta que al terminar la llamada estaba agotada y me quedé de nuevo dormida, pero esta vez sobre el torso de Héctor

Sentimientos a medianoche - Héctor Fort Where stories live. Discover now