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Estaba desayunando, ya que en una hora tenía entrenamiento, todo estaba genial hasta que alguien se sentó a mi lado. Me gire para ver de quién se trataba y ahí estaba él.

- Buenos días, Fort. ¿Qué quieres? -pregunte

- Buenos días, no quiero nada ¿no puedo sentarme a desayunar contigo? -dijo

- Teniendo en cuenta que es algo que nunca haces ya que solo te dedicas a molestarme, pues se me hace raro -dije

- Quizás es hora de caerte bien -dijo y yo le mire extrañada

- Sigue pareciéndome raro, pero bueno da igual -dije

- ¿Tienes algo que hacer después de desayunar? -preguntó y yo asentí

- Tengo que ir a entrenar -respondí

- Entonces te acompaño y te veo entrenar, es que no tengo nada que hacer -dijo

- Como quieras, pero que te quede claro que llevarnos bien no implica tenerte pegado a mí como una lapa 24/7 -dije y el rió- Y como esto sea una de tus increíbles tácticas para conquistarme te vas a enterar

- Que no, que solo quiero llevarme bien contigo -dijo

Después de desayunar Héctor me acompañó al entrenamiento.
Él se sentó en la grada mientras veía como entrenaba.

- ¡oh, ha venido Héctor! -dijo Carla emocionada- ¡Héctor! -chilló mientras le saludaba con la mano y él pegó un saltito del susto, causando que comience a reírme sin parar, después él imitó la acción de Carla

- Vaya susto que se ha pegado -dije riendo

- Poco más y salta al campo -dijo Mónica riendo

- ¿Y qué hace aquí? si nunca viene -preguntó Laura

- Seguro que ha venido por mí -dijo Carla con una sonrisa de superioridad

- Dice que quiere llevarse bien conmigo, y como no tenía nada que hacer ha decido acompañarme al entreno para verme -dije

- ¡¿QUÉ?! -dijeron Laura y Mónica a la vez sorprendidas

- Por favor con Héctor Fort no, es el tío más gilipollas que puede existir en el mundo -dijo Laura

- Barcelona está llena de tíos mil veces mejores que Héctor -dijo Mónica

- No estaréis insinuando que yo con Héctor...que Héctor y yo...no no, yo no pienso compartir mi saliva con él -dije

- Eso espero -dijo Mónica

- O por lo menos no lo harás hasta que no demuestre que no es un gilipollas -dijo Laura

- Eso es imposible yo creo -dije

Al terminar el entrenamiento me duché, me cambié y después fui con Héctor.

- ¿Tanta gracia te hizo el susto que me dio Carla? -preguntó y yo comencé a reírme al recordarlo

- Fue buenísimo -reí

- ¿Ah si? -dijo y comenzó a hacerme cosquillas

- ¡Héctor! ¡Para! -dije entre risas

- ¿Cómo se piden las cosas señorita Díaz? -preguntó

- Para o te doy una patada en los huevos, señorito Fort -dije riendo

- No, así no se piden, prueba de nuevo -dijo haciéndome aún más cosquillas

- Me duele la barriga de reírme, ¡para por favor! -dije abrazándome a su torso y el comenzó a parar

- Muy bien, has visto que bien se hacen las cosas cuando se piden por favor y además con abrazo incluido -dijo

- Me estoy arrepintiendo eh -dije y sentí sus manos en mi cintura- No no, otra vez no por favor

- ¿Ahora vas a coger miedo a que te agarre por la cintura? -preguntó riendo

- Miedo no, pánico -reí

Cuando nos separamos Carla pasó a mi lado chocando bruscamente con mi hombro causando la risa de Héctor.

- Huele a celos -murmuró riendo

- Pues se está equivocando, ni en tus mejores sueños tendría algo contigo. Así que la dejo el campo libre -dije y el rió

- Mejor me callo, que luego la lío y no quiero -dijo

- Anda si estás mejorando tu actitud, el Héctor que conozco no se callaría y soltaría la primera payasada que se lo ocurriese haciéndome enfadar -dije

- Ya te he dicho que quiero que nos llevemos bien -dijo encogiéndose de hombros- ¿Tienes planes para esta tarde?

- No, a ver cuéntame que plan me propones -dije

- Mira ya empiezas a conocerme poco a poco -rió- ¿Quieres ir a la playa, cuando salga de entrenar, a ver el atardecer y pasear un rato?

- Uf, con ese plan me has ganado ¿a qué hora? -pregunte y el sonrío victorioso

- A las seis en la puerta de la entrada -dijo

- Allí estaré, no llegues tarde -dije

- Y tú no te quedes dormida -dijo y ambos reímos

Sentimientos a medianoche - Héctor Fort Where stories live. Discover now