Capítulo 10 | ¿Qué estoy haciendo?

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Sabía que escuchar toda la historia de Sky tomaría mucho tiempo; sin embargo, estaba dispuesta a hacerlo

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Sabía que escuchar toda la historia de Sky tomaría mucho tiempo; sin embargo, estaba dispuesta a hacerlo. Había tanto que quería saber acerca de ella: su pasado, sus experiencias, sus sueños y esperanzas. Estaba ansiosa por sumergirme en su mundo y comprenderla en profundidad. No importaba cuánto tiempo llevase, estaba decidida a escuchar cada detalle, aunque la idea no fuera del agrado de la Srta. Kim.

Durante el día, mi jefe y yo asistíamos a eventos, comíamos juntas, íbamos al cine y visitábamos museos. Actuábamos como si fuéramos la pareja más feliz del mundo. La Srta. Kim se negaba rotundamente a la idea de que alguien descubriera la verdad sobre nuestra relación. Estaba decidida a mantener las apariencias y ocultar cualquier posibilidad de que la gente se enterara de la existencia de Sky. Era un secreto que debíamos proteger a toda costa.

Los paparazzi nos perseguían a todas partes, y debido a los detractores de nuestra relación, ya no era seguro para mí quedarme en casa. Por tanto, mi jefe me ofreció pasar las noches en la suya como medida de seguridad. Al estar juntas en su hogar, podíamos escapar del escrutinio constante y encontrar un espacio de tranquilidad y privacidad. A veces durante las noches, Sky y yo aprovechábamos para hablar acerca de su vida pasada, sus viajes y su pasión por la música.

Aunque había pasado varias noches en su casa, aún no me había acostumbrado a dormir bajo el mismo techo que la Srta. Kim. Ella hacía su mejor esfuerzo por hacerme sentir como en casa, sin embargo, sus intentos de ser amables solían ser bastante... torpes.

Una noche, mientras salía del baño y me encontraba en toalla, la Srta. Kim apareció de la nada en la habitación que había dispuesto para mí; el cuarto estaba minuciosamente decorada, con sutiles toques de color rosa que le daban un aire acogedor y muy familiar. La cama, cubierta con sábanas suaves y delicadas, era el centro de atención, rodeada por cojines adornados con estampados florales en tonos rosados. Las cortinas de encaje dejaban pasar la luz de la luna suavemente, creando una atmósfera serena y reconfortante. Un pequeño tocador con un espejo ocupaba un rincón de la habitación, adornado con lindos detalles. Sobre él, se encontraban cuidadosamente dispuestos algunos productos de cuidado personal, evidencia del esmero de la Srta. Kim por hacerme sentir cómoda durante mi estancia.

—¿Ya comiste? —preguntó, tomándome por sorpresa y haciendo que me sobresaltara.

Sentí un leve rubor en mis mejillas y me apresuré a cubrirme con la toalla, sintiéndome un poco avergonzada por la situación.

—¡Oh, señorita Kim! No la escuché llegar —le dije, tratando de ocultar mi incomodidad—. Aún no he comido.

Ella asintió comprensiva y me ofreció una sonrisa tranquilizadora.

—Te espero abajo. Preparé algo para que puedas comer —expresó con amabilidad.

A pesar de sus torpezas ocasionales, apreciaba el genuino interés y cuidado que la Srta. Kim mostraba por mi bienestar. Era reconfortante tener a alguien que se preocupara por mí en aquellos momentos turbulentos.

Sombra de Kim; Un Amor InesperadoWhere stories live. Discover now