Capítulo 4 | Conociendo a la Srta. Kim

40 5 3
                                    

La Srta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La Srta. Kim había estado molesta conmigo. Aún la esperaba afuera del edificio con una taza de té, pero ella la recibía y luego actuaba como si yo no existiera. Evitaba cruzar palabras conmigo, limitándose a enviarme e-mails en los que me pedía revisar los artículos que serían publicados durante la semana y tenerlos listos al final del día. Comía sola en su oficina o solo permitía la compañía de Eun-Ji.

En varias ocasiones quise preguntarle qué sucedía, pero no encontraba las palabras adecuadas para iniciar una conversación. Era evidente que le costaba hablar de sus sentimientos, sentimientos que aparentemente yo había lastimado y no sabía cómo reparar mi error. Incluso llegué a pensar que si la situación fuera al revés, yo le otorgaría mi perdón sin ningún esfuerzo y caería rendida a sus pies si tan solo volviera a sonreírme.

No quería darle motivos para que me despidiera, por lo tanto me prometí que si Sky volvía a presentarse frente a mí, le haría saber que nuestra amistad no era posible. Estaba decidida, pero afortunadamente Sky no volvió a aparecer, algo que agradecí porque no estaba segura de poder cumplir con mi palabra.

Después de unos días, recibí un e-mail con una nueva tarea que debía realizar: avisarle a la Srta. Kim cuando terminara mi turno. A pesar de su molestia conmigo, le pedía a su chofer que me llevara a casa todas las noches. Podría ser una simple cortesía, pero supuse que quería evitar que Sky y yo nos encontráramos.

Una tarde, cuando el sol comenzaba a ocultarse, estaba empacando mis cosas para irme. Sin embargo, la Srta. Kim no estaba en su oficina, así que decidí llamarla para informarle que había terminado mi trabajo. Como no respondió, dejé un mensaje de voz y salí del lugar. Antes de hacerlo, me aseguré de apagar todas las luces, dejar todo en orden y, por supuesto, no olvidar mi teléfono celular. Había sido muy cuidadosa con todo lo que hacía, ya que no quería perder mi trabajo ni enfadar aún más a la Srta. Kim.

Aunque se me hacía tarde, caminé tranquila por la calle. Hacía frío y el cielo auguraba lluvia. Después de mucho tiempo, iba a ver a Lea mi prima y a unas amigas. Estaba tan contenta que no iba a permitir que el clima arruinara la noche. Saqué el paraguas de mi bolso en caso de que lloviera y me puse los audífonos para escuchar música mientras me dirigía a la estación del metro. En el camino, mi teléfono sonó... era la Srta. Kim. Tomé aire para llenarme de valor.

¿Dónde estás?

—Ya salí...

Quédate donde estás, te llevaré a casa —ordenó.

—¿Señorita Kim?

¿Qué?

—No hace falta.

¿Por qué no?

—Voy a otro lugar...

—¿Con quién?

—¿Quiere venir conmigo y ver que no es Sky? —le pregunté molesta.

Puedo llevarte. Es tarde.

Sombra de Kim; Un Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora