BONUS TRACK - ATAQUE A SARITA

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Hola a todos. Gracias por llegar hasta aquí. Este bonus track es importante porque da a conocer ciertas cositas... Y es necesaria para lo que sucederá después.

Espero que el capítulo logre transmitir lo que sus personajes sienten.

No tiene contenido detallado ni explícito porque incluso pincelarlo de forma general me ha costado pues jamás entenderé a esta madre antagonista y antinatural. Porque como escuché alguna vez en algunas líneas.. "hasta los escorpiones cuidan de sus crías" y esta mujer ni se inmutó ante el sufrimiento de su hija.

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Bonus track:

¡Sara, Sarita abre la maldita puerta! Tras ella, se oyen los gritos estridentes de mamá. Sus gritos me asustan como cuando era pequeña. El miedo y nerviosismo invade mi cuerpo así como el asco y falta de compresión frente a lo que acabo de descubrir: mi madre y su ex yerno ¡juntos! Dios mío, ¡Juntos en la cama! No, no esto no puede estar pasando. Desearía regresar el tiempo y evitar lo que vi.

Desde que me di cuenta del desagrado y rechazo de mi madre hacia mi padre, supe que había algo raro. Sin embargo, ni en mis pensamientos más locos ni en mis teorías más absurdas me imaginé algo así.

Los golpes en la puerta persisten con más intensidad. Pero, no hago caso. Las imágenes del asqueroso espectáculo de hace minutos regresa de golpe a mi cabeza, lo que provoca que somatice la sensación principal que experimenté frente a esa escena: ASCO y CONFUSIÓN. Lo que me lleva a tener náuseas por somatizar la emoción y, a su vez, me impulsa a llegar al baño a la brevedad posible; sólo para allí, frente al retrete, dejar salir de mi interior el contenido gástrico a través de mi boca. El emesis expulsado de mi cuerpo me debilita.

Recuerdo que mi taquicardia puede ser riesgosa por el pequeño problema en mi corazón. Trato de tranquilizarme. Pero no es suficiente. Tratar, sólo tratar no ayuda en nada. Los golpes en la puerta persisten así como la taquicardia. Busco el pulsioxímetro y ¡estoy volando! 140 palpitaciones por minuto. ¡Dios no! Una crisis ahorita sería fatal. La %SpO2 disminuye a 94%. Si baja a 90%, necesitaré oxígeno. Busco mi pastilla para disminuir la arritmia cardíaca. La trago de golpe. Me siento débil, cansada y con el mundo encima. Sobre todo, sola... muy sola. No tengo a donde ir, huir o refugiarme. No puedo regresar a la hacienda Trueba y ver a Franco con esa mujerzuela.

Me acerco, con una debilidad notoria, hacia la puerta para abrirla. Al hacerlo, me topo frente a frente con mi madre. Ella ingresa en la habitación, pasando sobre mí, sin importarle mi estado.

- Tenemos que hablar, Sara Elizondo. - Sentencia de forma imperativa.
- Yo creo que no hay nada de qué hablar, madre. Ya vi suficiente y, de verdad, que esta conversación me está dando mucho asco.
- Pues, te aguantas...

La mujer frente a mí, no es la madre que tuve ni la que recuerdo. Esta mujer es absolutamente diferente. O quizá siempre fue así y yo nunca lo vi.

Nuestra discusión se acalora. Es tan rígida y cerrada que no acepta opiniones ni valida cómo se siente el resto, que estamos al rededor suyo.

Palabras van, paalabras vienen, cada insulto que sale de su boca me rompe el corazón... Yo sé que no soy tan bonita como mis hermanas pero yo tengo mi propia naturaleza y soy preciosa. Yo sé lo que soy y sé lo que valgo. He trabajado sobre mi autoestima y amor propio por mucho tiempo. Eso mi madre no podrá quitármelo nunca.

Cada ataque verbal de mi madre se lo respondo con objetividad, situación que la frustra porque no logra hacerme el daño que espera. Pero, mi cuerpo cada vez se debilita más...

En un ataque desesperado de frustración, mi madre coge la correa de Jimena que estaba cerca a ella. Empieza a latigar mi espalda y yo no tengo dónde agarrarme. En un sólo movimiento, con el dolor por los golpes, me aferro al perímetro de la cama, abrazada al colchón. Cada vez que la correa rozaba con severidad mi espalda, yo gritaba. Y aún gritando fuerte, nadie venía a ayudarme.

Yo me paralicé con el dolor que aumentó la debilidad de mi cuerpo, a tal grado de que no podía moverme por la debilidad misma que invadió mi pequeño y magullado cuerpo.

A lo lejos, escuchaba a mi mamá ordenarme no decir nada de lo que vi. Evento que desencadenó miles de recuerdos de mi infancia cuando ella me castigaba.

El último latigazo me dejó con la manos y brazos extendido sobre el colchón. Trataba de arrugar la sábanas con mis manos cada vez que el dolor se intensificaba...

-Sarita, yo...

Escucho pasos detrás de mi. Es la compañía de mi madre.

- tú qué, madre, tú qué. Ustedes dos son los peores seres humanos de todo el maldito planeta. ¿Tú de verdad crees que este bueno para nada está enamorado de ti, madre? No, no madre. Este tipo sólo quiere tu dinero. ¡Dinero que ni siquiera es tuyo!
- Cállate, Sara. No soporto escucharte. - Bufa el parásito.
- Pues, te aguantas. - Le grito mientras intento levantarme del suelo pero él es más rápido y me vuelve a dar dos golpes más en la espalda que me dejan inmóvil.
- Ni siquiera vales la pena como para seguir gastando energía contigo. Con un poco de suerte, ese corazón deja de funcionar pronto y nos deshacemos de ti. ¡Vámonos, Gabriela! - Ordena Fernando. Mi madre obedece sin intentar ayudarme. Dejándome sola en mi alcoba.

Es cierto, mi corazón puede dejar de funcionar en cualquier momento y yo no he vivido nada lo que quiero realmente.

Tengo que salir de aquí. Con un sobre esfuerzo increíble, me levanté del suelo e hice una maleta pequeña. Dejo una nota para mis hermanas. Una con códigos que inventamos entre nosotras de pequeñas.

Lo único en lo que puedo pensar es en ponerme a salvo y en esta casa jamás lo estaré, nunca más.

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Aquí esre bonus track. Es corto pero aclara ciertas cosas.

✨Espero les guste.

Déjenme sus estrellitas 🌟 y comentarios.

💟

Gracias por llegar hasta aquí.

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💜 Zte 💜

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