El cristal se rompe | BL +18

Capítulo VII

El interior del cobertizo contenía una mezcolanza de humos y aromas de toda clase, a la que Dean se metió sin el menor inconveniente. El sol se estaba ocultando y los otros amigos de Aaron llegarían pronto.

━¿Qué fue de ti? ━inquirió su amigo, un rubio de verdad, atontado por la marihuana sobre un sofá desvencijado. Dean se limitó a tomar un cigarrillo normal y encenderlo mientras se sentaba en el suelo, sobre una alfombra vieja.

━¿Recuerdas a ese par de tipos que me presentaste?

━¿Lorraine y Allen? ━balbuceó Aaron, incapaz de enfocarse en Dean.

━Elías y Leonor ━corrigió el asiático.

━Uno tenía nombre de niña. ━Aaron rió━. ¿Qué fue de ellos? Creo que querían llegar a un concierto...

━Sí, pero se fueron sin decir nada ━murmuró Dean, habiendo dado una calada; dejó el cigarro consumirse en sus manos, pensativo. No estaba obteniendo el confort que quería, pero se sentía inseguro sobre probar algo más. Pensó en su madre, en esa tarde. Pensó en Reagan y se preguntó si ya estaría en casa.

━¿Esperabas una despedida con besos y abrazos? Uno de ellos tenía el ojo en ti pero no me acuerdo cuál. ━Aaron hablaba entre risas, una más extraña y disonante que la otra. El chico era mucho más alto que Dean, aunque igual de delgado, y sus extremidades colgaban fuera del estrecho sofá, con el riesgo de desplazarse en cualquier momento.

Estaba en ese momento de extrema felicidad anterior a cuando se tornaba conflictivo, cuando Dean ya se marchaba y dejaba que sus demás amigos lidiaran con él. Para esa época acudía poco a sus reuniones, sin darse cuenta se alejaba cada vez más.

━¿No volviste a verlos? ━inquirió Dean, más que por preocupación por un par de desconocidos, tenía curiosidad por saber el motivo de su repentina partida. Aunque probablemente Aaron ya no contase con el registro de esa información.

━Nop ━dijo sonriente pero con el ceño fruncido━. ¿Me traes una cerveza antes de irte?

Dean le miró fijamente, desconcertado ante sus palabras, no por el pedido, sino por la afirmación de que ya se iba. Aaron, aunque estaba bastante aturdido, le mantuvo la mirada e incluso sonrió; no lo estaba echando, solo comprendía que tenía una prioridad en ese momento.

━¿Por favor? ━agregó, lo cual hizo a Dean rodar los ojos e incorporarse. Dejó atrás del cobertizo para dirigirse a la puerta trasera de la casa de Aaron, una vivienda de madera, de dos plantas y pintura que se apagaba cada día por el descuido.

Se llegaba a la cocina al apenas ingresar y Dean había husmeado en ese refrigerador en más de una ocasión, aunque si pensaba en ello, no las suficientes como para alcanzar la condición del dueño. En algún momento le había dejado de importar ser como Aaron, pero en algún punto de su mente y corazón, sentía alivio de no haber llegado a serlo.

━¿Dean? ━un susurro suave y agudo llegó hasta él. Con girarse, se encontró en el final de las escaleras a Molly, la hermana pequeña de Aaron y quien por lo general se encerraba en su cuarto cuando sabía que venían los amigos de su hermano. Aaron apreciaba a su hermanita, pero aceptaba a cualquiera en su círculo y nunca tenía la lucidez suficiente para defenderla de ser necesario, así que Molly procuraba esconderse.

━Hey, princesita ━saludó Dean con una sonrisa. La conocía desde hacía años y nunca olvidaba esos tiempos en que Molly se engalanaba cual princesa de los cuentos y exigía que la llamaran como tal. En ese entonces su madre aún no había huido en consecuencia de las numerosas estafas que le habían salido mal y su padre volvía a casa más de una vez a la semana.

━¿Aaron está solo? ━preguntó, mirando hacia la puerta abierta con recelo.

━Sí, pero no creo que los demás tarden en llegar, así que mejor espera ━le recomendó a la adolescente, que debía tener unos quince años.

━Es que creo que papá viene hoy... ━susurró Molly, visiblemente preocupada, al parecer al borde las lágrimas. Le recordó al semblante de su madre esa tarde, en especial luego de que su esposo y su hijo menor llegaran━. Y no quiero que lo vea así. Se irá y no volverá nunca más.

Dean tensó la mandíbula. ¿No debería quedarse justamente por el estado de Aaron? Su razonamiento le parecía estúpido, pero no podía negar que el suyo propio era una mierda. Su madre estaba en casa, quien huía siempre era él. Tal vez el señor Sanders se esperaba lo mismo de Aaron, por lo que ni siquiera hacía el esfuerzo. Por lo tanto, Dean Xiao no podía evitar enfadarse por ello, aunque no tenía el derecho de sentirse así.

Quizá el señor Sanders no estaba en casa, pero trabajaba para Aaron y Molly, además de que probablemente se sentía, de alguna forma, más tranquilo sabiendo que su hijo se la pasaba en casa, haciendo sus tonterías, pero en un lugar «seguro».

Jenny Xiao, en cambio, sufría en silencio por la incertidumbre sobre el paradero de su hijo mayor. ¿O tal vez sabía que se la pasaba en casa de Reagan? Era un pueblo pequeño, al fin y al cabo.

Dean resopló ante sus propios pensamientos. Siempre había tenido esta tendencia a huir; lo hizo esa misma tarde cuando vio al esposo de su madre y a su hermano pequeño llegar de la mano a casa, contentos el uno con el otro, sin carencias ni preocupaciones más allá de las que se tenían en una vida ordinaria. A veces, con seriedad, consideraba que él podría tenerla si se quedaba, pero sus pies se movían por su propia cuenta.

━¿Dean? ━habló otra vez Molly. El aludido tomó la botella de cerveza y se giró hacia ella de nuevo, expectante━. ¿Puedes decírselo a Aaron? Que no siga, al menos por esta vez. ━La súplica vino acompañada de las manos unidas de Molly en su dirección, a lo que Dean asintió con la cabeza y se dispuso a abandonar la casa con rapidez.

Le pasó la cerveza a Aaron y a éste por poco se le resbala de las manos, motivo por el cual empezó a reír de nuevo, casi histérico. Con la petición de Molly en mente, Dean abrió la boca, pero tras observar con atención a Aaron decidió quedarse en silencio y se largó, agitando la mano en señal de despedida.

No iba a ser un hipócrita.