Capítulo I

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⚠️ Advierto que los primeros cuatro capítulos de esto los escribí hace como cuatro años y los corregí vagamente, porque son funcionales y soy un vago de mierda. Es una obra bizarra, sangrienta y tóxica desde el inicio. Ah, y es gay. No pretende ser una obra maestra, hacerte reflexionar o algo así. Es basura, pero es mi basura y si no puedes con ello, finjamos que nunca estuviste aquí. :D Además me sirve para ver si evolucioné en esto de escribir luego de tanto tiempo.

[...]

La señora Xiao le brindaba a sus hijos, Dean y Sean, la más cómoda vida que le era posible. Con el primero, Dean, se las apañó como una madre soltera.

Dean nunca se sintió con derecho a exigir atención, porque sabía lo mucho que la mujer se esforzaba, pero quizá de haberlo hecho en su momento, no se habría deprimido a tal punto de ceder ante las drogas para sentirse bien, menos culpable por sentirse mal «sin motivo aparente», porque la falta de cariño y atención de su progenitora eran excusas patéticas si no le faltaba qué comer y qué vestir, además de un jodido techo sobre su cabeza.

El pequeño Sean tuvo más suerte, porque su padre no los abandonó como el de Dean; no sólo nació cuando las mayores dificultades ya estaban solucionadas, sino que, con una mejor situación financiera y su padre y madre juntos, recibía el amor que un hijo requería.

Dean seguía sin exigir nada, y aun cuando eran su propia madre o su padrastro quienes se acercaban a preguntar cómo se sentía, se había vuelto un acto reflejo evadir la verdad.

A los veinte años vagaba por las calles completamente drogado y sin recordar ni siquiera su nombre por momentos. Era inofensivo, como fuere, nunca había armado ningún disturbio ni herido a nadie más que a sí mismo; sólo despertaba la pena de quienes le habían visto crecer, como muchos otros. Su madre no podía hacer nada, pues al menor intento de instarle a cambiar y recibir ayuda, sólo obtenía silencio y su hijo desaparecía por días, durante los cuales a la señora Xiao la agobiaba la angustia.

Cierta vez, Dean, ido por completo, excedió sus propios límites. Había huido de casa de nuevo y quería regresar a pedirle dinero a su madre para luego volver a esfumarse, pero había olvidado su propia dirección.

Se metió en la tienda de dulces de la señora James, quien había fallecido hace mucho tiempo y le había dejado el negocio a su hijo, que si bien no era tan vivaz como lo había sido su madre, se las arreglaba para mantenerlo a flote. Allí exaltó a Tyler, un empleado, y llamó la atención del dueño cuando empezó a soltar disparates.

━Podría causar daños━murmuró Tyler preocupado.

━No lo hará━dijo Reagan James, lacónico como era siempre━. Conozco a este chico, no hará nada grave. Lo llevaré a su casa.

━Si tú lo dices, jefe ━dijo no muy convencido Tyler.

Dean reía como un demente cuando Reagan, quien era unos quince centímetros más alto que el joven, lo ayudó a incorporarse y le explicó que lo llevaría a casa. Afuera Dean comenzó a gritar, colmando de nervios a Reagan.

━¡No quiero ver a mi madre!

━¡Pero eso estabas pidiendo entre tus desvaríos!━exclamó Tyler saliendo a la calle en cuanto lo escuchó.

━Tran-... tranquilo ━murmuró Reagan a Dean Xiao, maldiciéndose al instante; siempre tartamudeaba si las circunstancias lo ponían nevioso.

━No ━refutó en voz baja Dean, pero lentamente dejó que Reagan cargara con todo su peso y pareció dormitar.

Reagan James le hizo una seña a Tyler y empezó a caminar con el chico rubio sosteniéndose por sus hombros; la casa de la familia Xiao no estaba lejos.

El cristal se rompe | BL +18Where stories live. Discover now