𝑺𝒐𝒚 𝒆𝒍 𝒗𝒊𝒍𝒍𝒂𝒏𝒐, 𝒑𝒆𝒓𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒆𝒎𝒃𝒂𝒓𝒂𝒛𝒂𝒅𝒐.

Extra 11

—¿Entonces qué pasa con el subdirector?

Aunque había un gerente para cada departamento, no era frecuente que hubiera subgerentes debajo de ellos.

—Ah, ¿subdirector? Esto es lo que pensé después de leer los comentarios. ¿No sería mejor caminar que sentarse en un escritorio?

El contenido estaba lleno de motivación, pero la voz que lo decía era débil y arrastrada. Tae-soo, que había traído a Han Mi-rae para hablarle de trabajo, bostezaba incontrolablemente.

—Voy a priorizar el servicio al cliente.

Dijo Tae-soo, conteniendo el bostezo.

《Aunque descansé bien durante el fin de semana, las secuelas son considerables.》

Todavía no se había recuperado de su relación con Se-hun aquel día. Aunque quisiera tomar café, no le atraía en absoluto, y ahora lo único que podía hacer era sorber el té cítrico que le había dado Han Mi-rae.

Ha pasado mucho tiempo desde que lo bebió, así que se alegró de haberlo superado poco a poco. Tae-soo se hundió y murmuró, como un pez fuera del agua.

—¿Entiendes por qué hago eso?

—Sí.

Tae-soo cerró los ojos y Han Mi-rae respondió con un suspiro. Menos mal que su secretaria era Han Mi-rae. Si hubiera sido la primera vez que la hubiera conocido en su vida social, no habría podido estar así.

—Dicen que tratar con la gente es la parte más difícil del trabajo.

Se-hun dijo lo mismo. Dijo que tratar con personas requiere la mayor fuerza física y mental.

—Haré todo lo posible para aprender esta vez.

—Buena suerte.

Han Mi-rae acarició la cabeza de Tae-soo.

                                       ***                                                                

—Espero contar con su amable cooperación.

Al día siguiente, Tae-soo fue directamente al hotel a saludar. La mayoría del personal sabía quién era, ya que había entrado y salido del hotel muy a menudo en su último trabajo de limpieza, así que no necesitó explicar su repentino trabajo como asistente del gerente.

Tras establecer contacto visual y saludar a cada persona, Tae-soo se puso manos a la obra. Aprendió el sistema de reservas más básico y cómo tratar a los clientes. Mientras observaba de pie junto a la recepcionista, sintió que alguien le observaba.

Levantó la vista y vio al hombre que le devolvía la mirada y que, a pesar de su uniforme, le resultaba vagamente familiar. Se dio cuenta de que era el mismo supervisor que había visto la última vez que había tratado con el hombre que había estado gritando por su anillo desaparecido. Al establecer contacto visual, Tae-soo esbozó una modesta sonrisa que no mostraba los dientes. El otro hombre le devolvió el gesto, inclinando la cabeza desconcertado.

Incluso sin decir una palabra, sus ojos lo reconocían y Tae-soo aumentaba lentamente su nerviosismo. Es hora de ponerse manos a la obra.

                                         ***                                         

El presidente Kang Hak-joong miró de un lado a otro a Se-hun, que estaba bebiendo té frente a él. Se estaba acariciando la cara como si no lo hubiera visto en mucho tiempo, y Se-hun le preguntó.

—¿Por qué me ves de esa manera?

—Es porque te ves guapo.

—Supongo que es porque ves a Yun-soo todos los días.