Treinta y siete

Magsimula sa umpisa
                                    

-Estoy seguro de que sí, nuestros padres nos criaron bien – dice guiñándome un ojo, robándome una sonrisa – De todas formas, Ami, si no estás preparada, podemos buscar otra solución.

-Esto nunca se lo conté a nadie, pero al poco tiempo de que llegué a la mansión, una noche, nos besamos con Kilian, y... - muerdo mi labio inferior, recordando como me sentí esa noche mientras nos besábamos – si no se hubiera portado como un imbécil después, creo que podría haber pasado a más. Yo quiero tener sexo con Kilian, estoy preparada para ello desde mucho antes de saber que es mi mate – Ken me da una pequeña sonrisa con un asentimiento de cabeza.

-Bien, me alegra que así sea – ambos nos quedamos en silencio por unos minutos, hasta que siento como los bellos de mi cuerpo se erizan y un agradable escalofrío me recorre, miro hacia atrás y lo encuentro caminando hacia mí, enseguida una sonrisa se instala en mi cara y no dudo en levantarme e ir hasta sus brazos.

-¿Dónde estabas? – digo apretándome contra él, Kilian enreda sus brazos sobre mi cuerpo y me acerca más a él.

-Solucionando unos asuntos – se separa unos pocos centímetros y me alza la cara para poder mirarlo – Tienes una hora para aprontarte pequeña

-¿Para aprontarme? – frunzo mi ceño y mi corazón late de forma acelerada, ¿en una hora va a marcarme? ¿Va a suceder así y ya?

-Te llevaré a un lugar.

-No puedo salir de la mansión Ki.

-Iremos con seguridad, no es lo que más me gusta pero es lo que pude conseguir.

-¿A dónde iremos? – dejo una caricia en su mejilla, incapaz de no tocarlo.

-Sorpresa – la sonrisa que me da hace que miles de mariposas revoloteen en mi estómago – Pero ponte ropa cómoda, el camino es largo, y si mal no recuerdo, una vez me pediste ir sobre Tyr, ¿verdad? – sonrío feliz y él me sonríe de vuelta.

-¿De verdad? – le pregunto ilusionada.

-Sí, ahora apúrate, te quedan cincuenta y cinco minutos – lo miro de forma acusatoria y me alejo para ir hacia las escaleras, pero no llego a dar dos pasos, cuando vuelvo hacia atrás y dejo un largo beso en su boca, para después sí desaparecer hacia mi dormitorio.

Exactamente cincuenta y cinco minutos después Kilian toca a mi puerta, me miro una vez más al espejo, llevo unas zapatillas negras, un pantalón negro, un buzo de hilo fucsia y mi pelo recogido en una coleta. Cuando abro la puerta estoy bastante segura de que abro mi boca, Kilian está del otro lado únicamente con unos shorts, recorro su torso desnudo, bajando por sus perfectos abdominales y esa hermosa V que desaparece en sus pantalones.

-Si me miras así pequeño demonio, no iremos a ningún lado – me dice Kilian con la voz más ronca. Llevo mis ojos a los suyos y los veo ennegrecidos.

-No estás vestido – logro decir.

-Saliendo de la mansión me transformaré, decidí ahorrarme parte del trabajo. ¿Vamos? – asiento con mi cabeza y salgo de la habitación, él entrelaza nuestras manos y juntos salimos de la mansión – Como aún no estás marcada, no podré hablarte cuando me transforme en Tyr, así que disfruta el viaje.

-Estoy segura de que lo haré – le sonrío - ¿No llevas ropa para cuando vuelvas a tu forma humana?

-Ya dejé mi ropa allá – me guiña un ojo – Si quieres puedes girarte, o no, como prefieras – su sonrisa pícara hace que me sonroje enseguida – Aunque antes de transformarme – comienza a acercarse lentamente a mí – no te di ningún beso cuando abriste la puerta de tu dormitorio, ni te dije lo hermosa que estás, estaba muy concentrado en no saltarte encima, bastante seguro de que si lo hacía no saldríamos de tu dormitorio – no me deja procesar sus palabras cuando sus labios chocan contra los míos, y contra todo pronóstico, el beso que me da es muy dulce, cuando se separa, me deja con ganas de más – nos vemos en unos minutos – me guiña un ojo y comienza a desabrocharse los shorts, por lo que no dudo en darme la vuelta para darle privacidad.

Escucho sus huesos quebrarse y a los pocos segundos el cuerpo peludo de Tyr se frota contra mi brazo, le sonrío y le dejo suaves caricias que lo hace ronronear. Se agacha permitiéndome subirme a él, y cuando se asegura de que estoy bien agarrada comienza a caminar de forma lenta, varios lobos se unen a nosotros y cuando Tyr se asegura que estamos todos comienza a correr por el bosque. Sonrío ante la sensación, siempre me encantó que mi padre me pasee por el bosque, pero la sensación de que sea mi mate quien lo haga, es muchísimo mejor.

Quince minutos después llegamos a un claro con una pequeña cabaña, bajo del lomo de Tyr cuando él se agacha, veo como los lobos se separan y se alejan de nosotros, mientras que siento como Tyr se aleja un poco de mí, seguramente para transformarse. Efectivamente escucho el sonido de sus huesos y después cómo se viste, mientras esto sucede me dedico a mirar la cabaña con curiosidad, hasta que sus brazos me rodean desde atrás, deja un beso en mi mejilla y apoya su mentón en mi cabeza.

-Esta cabaña la construyó mi abuelo, era su refugio para poder pasar un momento en soledad con mi abuela, papá y mamá también la usan de vez en cuando – me cuenta y yo sonrío.

-Es muy bonita.

-Lo es – me asegura – Los guardias estarán en el bosque, cerca de la cabaña, custodiándonos, pero no escucharán nada, la casa está insonorizada, así que es nuestro momento de privacidad, algo que no hemos tenido desde que te enteraste de que somos mate – giro sobre sus brazos para quedar frente a él.

-Eso me gusta mucho – le sonrío.

-Vamos, la cena se enfriará – me guiña un ojo con una sonrisa pícara y yo levanto una ceja de forma interrogante, pero él solo entrelaza su mano con la mía y me lleva hacia la cabaña. Es pequeña y hermosa, tiene una cocina comedor y living integrados, un baño y una habitación, es perfecta – Su cena pequeño demonio – me dice señalando hacia la mesa y río al notar unos sándwiches allí – Es lo único que sé hacer y me quería encargar de todo yo solo – me dice rascándose la nuca, yo solo le sonrío.

-Es perfecto – le aseguro mientras dejo un pequeño beso en sus labios. Él retira una silla para que me siente pero yo solo niego con mi cabeza, obligándolo a sentarse él y yo sobre sus piernas.

-Esto es mucho mejor – me dice y deja un pequeño beso en mis labios – Sabes por qué estamos acá, ¿verdad?

-Lo sé, y agradezco muchísimo que hayas hecho esto, preparar la cabaña para nosotros, la cena, darnos privacidad.

-Es lo menos que podía hacer – me dice tras suspirar.

-Ki, no es tu culpa lo que está pasando, y yo estoy de acuerdo con hacerlo, quiero vincularme a ti – le digo mirándolo a los ojos y sé que él solo puede leer verdad en ellos.

-Yo también quiero vincularme a ti – me dice y nos besamos suavemente – Necesito saber algo – me dice al separarnos.

-Soy virgen – le digo antes de que pregunte, él cierra los ojos y apoya su frente sobre la mía, noto su alivio, pero también miedo y nervios. Pongo mis manos en sus mejillas y levanto un poco su cara para poder acceder a su boca y besarlo – Sé que me vas a cuidar y que lo vas a hacer perfecto, el que hayas preparado esto me confirma lo que ya sabía.

-Tienes mucha fe en mi – me dice casi sorprendido.

-Y tú tiene miedo, ¿a qué le temes Ki?

-A hacerte daño.

-No lo harás.

-¿Cómo puedes estar tan segura? ¿Y si no puedo controlar a Tyr? ¿Si no me puedo controlar a mí mismo?

-Sé que ambos se van a controlar y me van a cuidar, ahora solo deja de pensar, por favor – le pido y vuelvo a besarlo mientras me siento a horcajadas sobre él, olvidándonos de esos sándwiches.

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Adivinene quien se enfermó y no pudo subir un capítulo antes como quería hacerlo, adivinaron, su escritora, pero ya estoy un poco mejor y acá vengo con el capítulo. ¡Que lo disfruten!

Una Loba para el CachorroTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon