Daemon siempre sintió una atracción por su primo Daerys Velaryon, muy al contrario de Daerys quien está más que profundamente enamorado de su marido Silver Tyrell.
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──No debiste pelear con ellos, Viserys── Daerys regaña una vez que mira el hematoma en la mejilla del mayor de sus hijos. Pero también sabe que fue su culpa al no detenerlos y dejar que el conflicto se formara en ambos bandos, esto solo era un calentamiento para la verdadera guerra que quería evitar a toda costa.
──No fue mi culpa── se defendió Viserys y le regaló una sonrisa ──El bastardo de Rhaenyra se atrevió a pedir la mano de mi pequeño hermano indirectamente, no pienso dejar que nuestra sangre se contami-
──¡Ya basta!── grito y dejo de tocar el rostro de su hijo ──Ten por seguro que tú sangre tampoco es tan limpia como crees Viserys, al igual que tú y el resto de la familia solo somos usurpadores de un trono que no nos corresponde.
──¡Somos dragones y estamos aptos para gobernar y tú te niegas padre!── Viserys dejo de estar cerca de su Daerys para ir donde sus hermanos estaban ──En algún momento Rhaenyra junto a Daemon vendrán por nuestras cabezas si no actuamos antes. ¡Tienes que tomar una decisión!
Daerys lo sabía, sabía cuánta razón tenía su primer hijo y por un momento de verdad quería tomar lo que por derecho le corresponde, pero sabe que la única forma de sentarse en el trono de hierro era derramando sangre y fuego por todos lados.
──Yo-
Cualquier palabra que quería decir el pelinegro murieron una vez que una sirvienta entro a sus aposentos con un semblante de miedo en su rostro. Cómo no queriendo aceptar algo.
──M-mi príncipe── ella dijo con terror ──El r-rey lo llama para hablar de a-algo importante.
A Daerys no le quedó más que suspirar y aceptar el llamado del rey, dejando la conversación para otra ocasión que no tardaría en llegar, sabía sobre la ambición de sus hijos y temia de ella por un instante.
──Tengo entendido que me mandaste a llamar── comienza la conversación el pelinegro una vez que está dentro sin tomar importancia a Lord Mano y al caballero de la guardia real ──Espero que no se trate de Rhaenyra, si ella decidió irse fue por su propia decisión, no por la mia.
──No es p-por ella que te mandé a llamar── Viserys a duras penas puede hablar y moverse de la cama ──Es por los sueños que tengo.
──Sueños de dragón supongo── Daerys responde con cierta burla y se posa al borde de la cama ──¿Qué quieres realmente, Visenya?
──Lo siento, lo siento── Viserys pedía y pedía ──Yo querías saber, si, yo creo que sea verdad.
──¿Qué sea verdad?── pregunta confundido Daerys y por el poco cariño que le puede tener a su primo toma su mano huesuda ──¿Que es lo que quieres que sea verdad, Viserys?
