𝗕𝗟𝗛 | Fran trabaja en uno de los jardines más costosos de la ciudad de B.A y los niños de allí lo adoran, puesto que es un ángel con ellos, se ganaba su completa confianza y cariño en poquísimo tiempo. Por eso todos le hacían caso, o bueno, todos...
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✧༢.♡⃡ 🌷"You are an expert at sorry and keeping the lines blurry. Never impressed by me acing your tests. " ミ𓆸 ༢.
Kuku no sabía si definir su mente como un aula de niños llorando, gritando y pataleando o como un lienzo en blanco perteneciente a un artista con bloqueo creativo, ni siquiera sabía cuanto tiempo estuvo sentando en ese sillón mirando a la nada, se sentía perdido en medio del océano siendo consumido por un enorme remolino tampoco tuvo ganas de llorar o desquitarse de algún modo, solo se sentía, raro, abrumado por esa impactante noticia.
Tenía miedo de si mismo y de no saber cuantas cosas de su vida desconocía porque otro la había vivido en su lugar. Cuando logró encontrar el hilo de la realidad y ponerse de pie, sacó su celular, miró las diez llamadas perdidas que tenía de su abogado pero las ignoró y marcó a su madre, no recordaba la última vez que había hecho dicha acción.
—Hola madre... —
—Hijo... que sorpresa, ¿ha sucedió algo? — Preguntó ante la poco habitual situación.
—Yo solo quería preguntarte algo... — Tartamudeo, aún se sentía asfixiado al hablar. — ¿Yo de pequeño... tenía algún comportamiento.. extraño?
—Mmmh... aparte de ser muy serio y cerrado, nada fuera de lo común, ¿por que? — Respondió, notando el extraño tono de su voz pero no dijo nada.
—Por nada... gracias, ten buen día.
Suspiro y vio la notificación del mensaje que le había mandado Fran. «Juani esta conmigo en la casa de mis padres, quédate tranquilo.», se sentía tranquilo de saber que, al menos, si su estado mental empeoraba su hijo tendría a alguien que lo cuidaría y claramente se arrepentía de haber tratado tan mal a dicha persona, dios, Francisco tenía toda la razón del mundo, él siempre había sido un ángel pero siempre metía la pata y lo alejaba.
Sentía que no se merecía a Fran.
¿Que podía darle él a Fran más que mil problemas?, ¿que podía ser para Fran más que una carga?
Se sentía atrapado, entre lo que quería y lo que sentía que merecía, pues quería a Francisco pero sentía que solo le haría daño.
Pasó toda la tarde pensando en eso, una y otra vez, quería gritar y romper todo pero se enfrascaba en si mismo, quieto e inerte en completo silencio.
Hasta que en algún momento del día, no sabía exactamente cuál pues hacía horas no miraba el reloj o la ventana, un sonido externo al de sus lagunas mentales le hizo levantarse del sofá con un sonido de queja, salió por la puerta y atravesó todo el jardín delantero hasta llegar y abrir el portón, una expresión de sorpresa apareció en su cansado rostro al ver a su abogado allí parado con un expresión de nerviosismo.
—¿Que haces acá?
—Te llame todo el santo día Esteban, ¿Por que no respondiste? —Preguntó con la ansiedad manifestándose en su voz.
