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Capitulo 13

-Señorita Herrera, podría traerme los informes para la junta por favor- la voz autoritaria de mi jefe hablo a través del teléfono

-Si señor, enseguida los llevo- termine la llamada y tomé las 6 carpetas que estaban sobre mi escritorio, el día a transcurrido tranquilo, mi jefe se la a pasado en juntas así que no e tenido cercanía con el, llegue a la sala de juntas y antes de entrar toque dos veces, para ingresar al obtener respuesta de adentro

-Buenas tardes, con permiso- salude y las 7 personas que se encontraban ahí solo se limitaron a mirarme mientras comenzaba a repartir una copia del informe a cada integrante hasta llegar al señor Marchetti quien estiró su mano para que le entregara la carpeta y al entregársela un leve rose de nuestras manos ocurrió inesperadamente lo que hizo que conectáramos nuestras miradas, mirar esos ojos cafés tan profundos e intrigantes me causaba un revoloteo en el estómago, su respiración profunda y pesada comenzó a erizar mi piel y rápidamente rompí el contacto visual

-Perdón señor, necesita algo más- solté la carpeta dejándola en sus manos

-No señorita Herrera, puede retirarse- asiento con la cabeza antes de salir de la sala

El corazón me latía más de lo normal, Cada roce con ese hombre se sentía como una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, nunca había estado cerca de un hombre tan imponente como Massimo Marchetti, esa tensión que sentía al estar cerca de él, era totalmente desconocida, jamás experimenté algo parecido, es un hombre varonil en toda la extensión de la palabra, y tiene todo lo que podría atraer a cualquier mujer, esto no debe ser más que algo referente a mis hormonas alborotadas y no puedo permitirme que eso ocurra con mi JEFE

-Tienes que detenerte Anny, pasarás horas cerca de él, eres su asistente personal, no puedes comportarte de esa manera, comportarte ya y ocúpate de hacer tú trabajo, que por eso estás aquí- comencé a decirme mientras caminaba de un lado para otro con frustración

-No sabía que hablaba sola señorita Herrera- una voz a mis espaldas me hizo saltar del susto

-¡Por dios! Señor Larrea, ¿cuanto tiempo lleva ahí? - articule con dificultad mirando al hombre que estaba recargado a un lado del ascensor

-Apenas unos cuantos segundos, estabas tan concentrada en tu auto conversación que no te diste cuenta cuando el ascensor se abrió- comentó a caminar hacia mi- te pido una disculpa, mi intención no era asustarte

-No se preocupe- me senté detrás de mi escritorio -El señor Marchetti se encuentra en una junta y creo que si tardas un poco- me comenté mirándolo parado frente a mi

-Que bueno, porque no venia a verlo a él- lo mire desconcertada- si no a ti- una sonrisa cautivadora apareció en su rostro mientras sacaba una rosa roja de su saco negro y la extendía hacia mi, dejándome sin palabras

-Señor Larrea... yo.. no sé qué decir- tomé la rosa por educación

-No tienes que decir nada, solo te pido que aceptes salir a comer conmigo, ¿Que dices?- su actitud era muy relajada y armoniosa, sin quitarle créditos a que es un hombre muy guapo, pero es amigo de mi jefe y no creo que sea éticamente correcto

-Señor Larrea, le agradezco mucho el detalle de la rosa, esta preciosa- la mire y después lo mire a él- pero no creo que sea correcto que acepte su invitación

-¿Pero por qué Anny?-cuestiono recargándose sobre mi escritorio poniendo todo su peso sobre sus manos y brazos -¿Hay algún motivo en específico que te impida aceptar mi invitación?

-Si señor Larrea, soy la asistente de su amigo- justifíque mientras la sonrisa de su rostro se engrandecía sin yo entender por que

-Estás segura que esa es la única razón que te detiene ósea aceptar mi ofrecimiento?