Capitulo 11

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(Este capítulo contiene contenido sensible)

La cara de Violeta empadilecio y rezó por qué aquella persona no las hubiera  escuchado o no la conociese. Se oyó como la puerta de uno de los cubículos se abría y los pasos se acercaron al lavamanos. Unos minutos después la anónima salió del baño como si nada, Violeta volvió a llorar y a abrazarse a su amiga como si fuese su salvavidas.

—No cuentes nada Denna, por favor.

Denna no respondió, debería de decirlo pero no quería traicionarla.
Acariciaba la cabellera pelirroja de su amiga, luego la separo de ella y le partió el alma la cara de su amiga.

Los ojos totalmente aguados, las mejillas rojas, los labios temblando y un tono rojizo en su mejilla del cual ya se dio cuenta hace unos días y que ya se iba esfumando.

—No lo haré, pero prometeme que cuando estes lista lo harás tú, por favor. —La pelirroja asintió dubitativa. —Vamos, llegaremos tarde a clase.

Salieron del cubículo y la rubia ayudó a Violeta a enjuagar su cara y dejarla más decente.

Ambas se encaminaron a clase de tecnología y cuando llegaron tomaron asiento en un última fila.

Denna tenía claro su objetivo, proteger a su amiga de aquella casa.

***
—¿La chica del baño? —Pregunto Chiara al escuchar a Ruslana contarle lo que acaba de escuchar.

—Sí, no se quien es, entonces le puse ese apodo.

—Pues ojalá poder ayudarla, pero para ti y para mí es imposible. Ni siquiera sabemos quien es. — le dijo la morena.

—Pero podemos tratar de buscarla, tu misma recuerdas cómo acabó...

—¡Callate! — Chiara no dejó que Ruslana terminara el nombre de una de las mejores amigas de la dos chicas en la escuela. El tema aún les dolía mucho a ambas.

— Sabes que es la verdad Kiki, y me mataría saber que yo escuché la conversación y no poder hacer nada al igual que con ella.

Martina ingresó en el colegio que estaban Chiara y Ruslana cuando estaban en 5° de primaria y desde aquel día fueron inseparables, la chica les contó que se había mudado varias veces de ciudades aunque nunca les contó la tortura que vivía día a día.

No era un secreto que la chica llevaba moretones muy a menudo pero la dos eran muy inocentes como para pensar en algo malo, un día, Martina no volvió a clase, ni el siguiente, ni tampoco el siguiente del siguiente.

Una semana más tarde Martina volvió a clase con innumerables heridas y moretones, casi sin poderse mover y la pequeña le contó todo a sus mejores amigas buscando el apoyo de ambas.

Las dos pequeñas inocentes les contaron a sus padres sobre aquello y sus padres no tardaron en poner una denuncia pero Martina nunca volvió, cuando su padre se enteró mato a golpes a su hija y huyó del país con su mujer.

Cuando aquello pasó Ruslana y Chiara solo tenían 13 años pero aquellos les dejo muy marcadas y ambas se prometieron entre ellas que si alguna vez pasaba algo parecido con otra persona le ayudarían sin importar quien fuera.

Chiara se limpio algunas de las lágrimas que cayeron por sus ojos al recordar a su amiga, ambas chicas se abrazaron y se prometieron encontrar a la chica.

***

Violeta caminaba a su casa algo aturdida ¿Hizo mal en contarlo?
Pero a lo hecho pecho, no podía cambiarlo, sacó las llaves de su casa y abrió la puerta. La pequeña Tana llevo corriendo a ella abrazarla efusivamente, al sentir tal fuerza hizo una mueca de dolor pero no fue descubierta por nadie.

A Escondidas / KiviWhere stories live. Discover now