Capítulo 4

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—¡Holaa!—Grito Chiara entrando al piso — ¡Ya he llegado! —Volvio a decir

—Hola peque— Contesto Nayara, la mayor de todas mientras se acercaba y le daba un beso en la cabeza a la pelinegra.—¿Como te ha ido?.

—Super, Ruslana ha caído en la misma clase que yo. Asique estoy súper agusto.

—¿Y alguna chica por ahí? —Se unió Bea a la conversación

—¡Nooo! —Gritó— Aunque hay una chica que creo que no voy a soportar en todo el año —Bea frunció el ceño—Tiene pinta de ser la hija de mamá y de papá de la hostia, hoy venían de un resacon...

—No seas prejuiciosa Kiki, a lo mejor no es como piensas.

—Mis intuición nunca falla.

Cuando terminaron de comer Chiara subió a su cuarto y se tumbo en su cama, agarro su libro favorito "Wonder" y comenzó a leer.
Había perdido la cuenta de cuantas veces lo había leído, pero estaba segura que más de quince.

Al rato el libro cayó sobre su cara cuando se quedó dormida.

***

—Hijo de puta...

Masculló Violeta levantándose de su cama tras una larga siesta, miró la hora, las 18:05. Había dormido bastante. Estiró su brazo y acaricio su espalda adolorida. Sentía fuego en ella, después deslizó la mano hacia su cuello. Aún sentía las manos de su padre en su cuello.

Una lágrima de rabia deslizó su mejilla, una vez más no pudo defenderse. Siempre se reñía a su misma por no hacerlo, debía de enfrentarse a el, a aquel monstruo que la atormentaba día tras día, pero ningún día era el ideal.

Cogió su pijama y su toalla y entró al baño, se desnudo frente al espejo tocando cada cicatriz, ematoma o herida que hubiera en su piel, finalmente se dio la vuelta y miro su espalda. Era espeluznante ver esa imagen, asique aterrorizada giro su cabeza y se obligó a no volver a mirar aquel espejo hasta que no tuviera ropa.

Encendió el grifo y se metió bajo la fría agua, así aliviando aquel escozor.

Suspiro, sentía que el mundo se le echaba encima. Las clases, el estar en casa, cuidar a Cayetana algunas veces...

Al salir de la ducha se envolvió en la toalla y se sentó sobre la taza del váter  mirando un punto fijo. Tenía miedo, miedo de fracasar en todos lados, fracasar en el instituto, fracasar en casa, fracasar.

Se abrazó a si misma dándose calor.
Cuando ya se había vestido salió del baño y fue camino a su habitación para estudiar un rato.

Había pasado una hora, Violeta seguí sentada en la silla mirando el libro, sin embargo, seguía sin poder concentrase en el. Los recuerdos iban y venían continuamente, quería salir corriendo de si misma y dejar atrás todo aquello que le asustara.

Se dio por vencida y cerró el libro de un golpe, agarro sus cascos y se los coloco, le dio play a la música y se sumergió en las melodías y letras.

Los primeros acordes de I kissed a girl comenzaron a sonar, se quitó rápidamente los cascos. No quería escuchar aquella canción que le recordaba a sus padres enfadados.

Rendida ante esas cuatro paredes, bajo las escaleras de su casa y bajo la antena mirada de su madre bajo las escaleras para dirigirse a la puerta de salida.

—¿A donde crees que vas? —Pregunto la mujer en un tono neutro.

—Voy a dar un paseo mamá.

—¿Con quien?

—Sola, necesito despejarme. —Respondio sería.

—Como me enteré que te has ido a besuquear a cualquier tía te vas a enterar de lo que vale un peine Violeta Hódar. —Le dijo madre en tonto autoritario.

La pelirroja salió de casa sin dejar que su madre le hiciera más preguntas.
Volvio hacia la playa, ya era de noche y desde allí las estrellas se veían claramente. Se tumbo en la arena sin miedo a acabar empanada de arena.

Miro el cielo y comenzó a llorar.

Un rato después escucho una voz

—Hola...

Violeta se seco rápidamente las lágrimas, que hacia ella allí. No podía dejar que la vieran vulnerable.

—¿Violeta verdad?—Preguntó la morena

—Eh.. Sí, yo ya me iba —Dijo apresurada.

Chiara la miró extrañada, ¿Que hacia alli la hija de mamá y papá llorando y literalmente huyendo de ella en la playa?

La vio alejarse hasta perderse en la oscuridad de la playa y luego observar las olas del mar. Echaba de menos Menorca y aquella playa le recordaba a ella.

Violeta llegó a su casa, estaban todos acostados, excepto Tana.

—¿Que haces despierta? Es muy tarde —Le pregunto Violeta

—No me quedaba tranquila hasta que no llegases. ¿Podemos dormir juntas?

La pelirroja no lo pensó dos veces. Le dijo que se metiera en su cama, que ella iria en un momento.

Subió a su a habitación y se puso el pijama, luego se adentro a la de Tana y se tumbo a su lado, la acurrucó en su pecho y comenzó a acariciarla.

La pequeña se quedó dormida al instante de sentir a su hermana mayor cuidarla.

—Te quiero...— Susurró Violeta.

Al rato, ella también cayó dormida.

❤️❤️❤️

Espero que os haya gustado,
Os quiero a todos escuchando la canción de Viví en bucle mis amores

Kisses from L.




A Escondidas / KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora