Me encantó que me besaras.

2.6K 201 28
                                    

Fina llevaba haciendo el mismo recorrido toda la mañana. En cuanto se quedaba libre en la tienda, iba al almacén, caminaba hasta la puerta del despacho de los de la Reina, se quedaba mirando unos segundos el vidrio, suspiraba, se giraba y se iba de vuelta a la tienda.

Un total de cinco veces, si no había echado mal las cuentas.

Estaba nerviosa y distraída, tanto que Claudia y Carmen se lo habían hecho saber en varias ocasiones. Estaba dispersa y no acertaba a ofrecer los productos correctos a cada clienta y eso no era propio de ella.

Así pasó la mitad de su jornada laboral. Algo le ardía en mitad del pecho y necesitaba dejarlo salir. Aclarar las cosas le haría centrar la cabeza que tantas veces, aquella mañana, había volado al momento en el que todo se detuvo durante unos segundos

- ¿Contesta esto a tu pregunta?

La respuesta no llegó a darla. No, aquello no contestaba a su pregunta. Más bien hacía que tuviera muchas más.

Era casi la hora de cerrar y pensó que, si llegaba a irse a casa, jamás hablarían de aquello, que pondrían un punto y aparte y harían como si no hubiera sucedido y eso no era del estilo de Fina.

Así que, volvió a salir de la tienda, atravesó de nuevo el almacén, caminó hasta la puerta del despacho de los de la Reina, miró aquel vidrio que había visto demasiadas veces ese el dia, llenó sus pulmones y soltó todo el aire de golpe y, al fin, llamó a la puerta.

- Adelante. - escuchó su voz desde el interior y abrió.

- Hola ¿Puedo pasar? - preguntó asomando la cabeza al despacho.

Marta estaba sentada en su mesa y se tensó al momento. Se tocó la nuca.

- Sí, claro, pasa. - dijo haciendo un gesto con la mano que indicaba que se sentará en la silla frente a su escritorio.

Un silencio llenó la estancia. Se miraban con los ojos nerviosos.

- Marta...

- Fina...

Hablaron a la vez y se sonrieron, por fin.

- Tú primero. - ofreció Marta.

- Quería explicarte lo de Gaspar - dijo Fina casi de carrerilla.

- Fina. - la interrumpió.- Yo, quería disculparme por... - se detuvo. - No tengo ningún derecho a meterme en tu vida. - concluyó.

- Me encantó que me besaras.- soltó de golpe pasa sacárselo de encima. Fina pudo ver con claridad como Marta se tensó al oírla decir eso y esbozó una pequeña sonrisa. Le gustaba ser ella la que le provocarse eso.

- Fina, yo... -

- Déjame terminar, por favor. - suplicó con una sonrisa suave.

- Me encantó que me besaras.- repitió quería dejarlo claro. - Y quiero que sepas que no tengo nada con él, ni siento nada por él. - lo dijo casi en un susurro y Marta de la Reina se removió en su asiento.- Porque no puedo sentir nada por nadie que no seas tú.- se reclinó sobre la mesa y la rubia la miró con esos preciosos ojos claros, suplicantes y la respiración agitada. - Me gustas, Marta. Me gustas muchísimo. Siempre me has gustado. - Marta tragó en seco. - Sé que tu situación es difícil y no vengo a pedirte nada, pero necesitaba que lo supieras. - terminó.

La morena suspiró cerrando los ojos. Un gran peso salió de sus hombros.

- Te dejo, para que sigas con tu trabajo. - volvió a hablar mientras se levantaba de su asiento.

Marta permanecía callada, casi podría decir que estaba aguantando la respiración.

- Hasta luego, Marta. - y se giró hacia la puerta.

- ¡Espera! - dijo la rubia casi desesperada y se levantó dirigiéndose hacia donde se encontraba Fina.

Un millón de mariposas revolotearon en el estómago de la Valero que la miraba, esperando. Y de repente fue consciente de que sí, que la esperaría, que quería esperarla, porque, al tenerla ahí delante, a aquella mujer poderosa e imponente, que ahora se veía tan vulnerable, tan entregada, tan diminuta y preciosa, todo lo que pasase de ese momento en adelante, merecería la pena.

- Yo...Fina...- tartamudeó. Solo quería... - ¿Me besas? - suplicó ante la mirada tierna de Fina. - ¿Puedes besarme, por favor?

Fina le enmarcó la cara con sus manos y la besó y sintió como Marta se aferraba a ella con fuerza. Se separaron y juntaron sus frentes con los ojos cerrados.

- Lo que usted quiera y las veces que usted me lo pida. - le susurro Fina.

Las dos sonrieron antes de volver a besarse. Los primeros de muchos besos. Los primeros de una vida entera llena de ellos.

Todos los ojalá.Where stories live. Discover now