La galaxia en llamas

Capítulo 36: El renacer del ángel y la llama de la esperanza

Coruscant, la capital de la República, hogar del templo jedi y sede del consejo, bajo asedio masivo nunca antes visto desde la guerra contra el imperio sith.

El espacio orbital siendo ocupado por la flota de combate más grande jamás antes vista, miembros de las fuerzas separatistas enviando la mayor cantidad de efectivos posibles en desembarcos, naves covenant comenzando procesos de vitrificación en distintas partes de Coruscant, mares de naves piratas pertenecientes a distintos corsarios Aeldari y Orcos desembarcando en puntos aleatorios en búsqueda de riquezas y armas, legiones droides marchando al unísono mientras el plasma iluminaba la ciudad de noche, el rugir de los cañones pesados de plasma Covenant impactar en edificios rurales era la canción de cuna de muchos durante la noche, el sonido de disparos de blasters clon ser silenciados apagaba las esperanzas de los pocos valientes que ofrecían resistencia en el planeta, gritos de ira y miedo se extendían por toda la ciudad.

Aunque la llegada de refuerzos por parte de todas las legiones clon, ejércitos conformados por milicias locales enviados desde distintos planetas, nuevas armas experimentales desde las distintas fábricas republicanas y el apoyo de todos los jedi trajeron esperanzas al planeta, sus ojos veían con horror el como maestros jedi con años de entrenamiento eran atravesados por espadas de plasma, como los imponentes tanques y naves de la república eran destrozados por gargantes orcos, cazas Aeldari y droides de última generación, como las legiones clon que antaño conformaban el grueso del ejército republicano, eran reducidas a escuadrones y guerrilleros de mala muerte, lo peor de todo, fue ver como la gran flota separatista no paraba de recibir refuerzos desde las fábricas planetarias de los sectores más lejanos.

Palpatine supo que esto ya no era una guerra controlable dentro de sus límites, esto era una masacre sin precedentes desde la guerra contra los sith, y sabía que si no hacía algo, su puesto a emperador galáctico sería un simple sueño, pero si había algo de lo que preocuparse, no eran los soldados o las naves, sino el eco de aquellas voces que le ofrecían algo más que un simple puesto, el poder para destruir a los jedi, el conocimiento de lo inentendible, los placeres más exóticos y la vida eterna, ofertas tentadoras porsupuesto, pero si algo le había enseñado bien su maestro, fue el aprender a desconfiar de todos.

Pero para su mala suerte, los padawans y novatos en la fuerza no tenían esa experiencia, ya que múltiples reportes de padawans en el templo siendo corrompidos por el "lado oscuro" inundaron las calles de Coruscant, anécdotas de como maestros que debían haber muerto tras haber recibido múltiples laceraciones en combate seguían de pie, rumores de usuarios de la fuerza manifestando sus poderes violentamente contra todo el mundo, incluso avistamientos de seres humanoides que desprendian un aura perturbante en los profundos rincones de los niveles inferiores planetarios, algo no andaba bien con la fuerza y todo el consejo lo sabía, pero si algo hizo que los miembros más altos y sensibles del consejo sintieran terror, fue el surgir de una presencia oscura dentro de cierto "elegido" de las profecías jedi, el como el alma de aquel chico noble y bondadoso proveniente de la miseria era consumido por la venganza, el deseo de aprecio y respeto proveniente de un ser dorado que emanaba un poder único en su tipo, pero por si no fuese poco, la noticia de la llegada de nuevas naves de guerra separatistas a espacio republicano apagó las últimas llamas de esperanza en los jedi.

Sin esperanza, sin escapatoria, sin ayuda y sin algún ápice de salvación, múltiples miembros de la orden decidieron hacer caso a aquellas voces oscuras provenientes de lo desconocido, no fue sorpresa de nadie saber que aquellos "tentados" comenzaban a mutar de manera grotesca, cuernos, alas, apéndices, brazos e incluso deformaciones se hicieron presentes en ellos, causando que todos en los alrededores comenzaran a correr en búsqueda de ayuda, los más hábiles en la fuerza supieron que esto no era obra del lado oscuro, sino algo mucho peor, advirtiendo a todo mundo sobre esta amenaza.