500 Días con Jennie. (Adaptación Jenlisa)

Capitulo 15. Debo recuperarla

Día (402)

Se escucha al fondo como la grabación de la estación de trenes comunica que abordemos en el tren que va hacia Santa Barbará, llevo sobre mi hombro mi traje para la boda de Millie, que sinceramente, yo no quería venir, pero es mi compañera de trabajo, y aparte Jisoo me ha obligado. Tomo mi teléfono ya que no la veo por ningún lado y decido marcarle.

-¿Cómo estas Lisa?-me contesta mi amiga al otro lado de la línea.

-¿Dónde estás?

-Ag... ¡Diablos no!

-¿Cómo qué 'diablos no'?

-No voy a hacer eso.

-Claro que si.

-Claro que no, solo habrá gente vieja.

-Sí, pero dijiste que irías, por eso voy a ir.

-Y es por eso que le llame ayer y le dije que estaba enferma... como una ninja.

-No voy a conocer a nadie en ese lugar -trato de convencerla,

-Pues tal vez deberías conocer a algunas ardientes abuelitas - se burla.

-Voy a colgarte.

-Que te diviertas – dice y finalizo la llamada.

Llego a mi vagón sin ganas, no puedo creer que vaya yo sola a una boda donde ni siquiera conozco a nadie, y solo hay ancianos, ¡Demonios!.

Camino en busca de mi asiento suspirando, bajo la mira y allí esta ella; La culpable de mi depresión durante estos meses, camino rápidamente a mi asiento.

Pero no puedo resistirme y me asomo un poco pero para mi mala suerte ella voltea y me ve, entro en pánico me quito los audífonos y tomo un libro que traigo y finjo estar leyendo.

-Hola Lisa -me saluda.

-Hola Jen -la saludo sonando sorprendida– Que sorpresa verte aquí.

-Si -contesta igual sorprendida.

-¿Iras a la fiesta de Millie?

-Aja –articula -Yo también

-Olvide que la conocías.

-Sí, trabajábamos juntas todo el tiempo.

Que idiota...

-Claro.

-Adoro a Millie, es tan dulce.

-Lo es.

-¿Cómo has estado?

-Bien -miento.

-Bueno, te escribí y nunca recibí tu respuesta.

-Si, lo siento, es que todo era una locura, llegaron las fiestas y había más trabajo.

-¿Sigues trabajando para Vance?

-Si -respondo.

-Bueno, iba a ir a conseguir una café no sé si quieras ir -baja la mirada al libro que tengo en las manos y sonríe- 'La arquitectura de la felicidad' -lee el titulo.

-Si.

-Parece un buen libro -asiento- No quiero molestarte –piensa en marcharse.

-No, yo... si claro vamos por ese café -me levanto- después de ti -la dejo pasar.

.

.

Es como si hubiera retrocedido el tiempo, como si nada hubiera pasado, solo ella y yo, platicando de las tantas cosas que tenemos en común, mientras disfrutábamos del atardecer en nuestro perfil.

Platicamos tanto que pierdo la noción del tiempo, solo puedo imaginar que somos ella y yo, mientras la observo como ríe, la mejor risa del mundo, y pienso que puedo recuperarla.

Debo recuperarla...

Nota: Amo el color negro.