-𝟶𝟶𝟼-

263 43 13
                                    

-𝙈𝙖𝙙𝙞𝙨𝙤𝙣 𝙇𝙤𝙬𝙚𝙡𝙡-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-𝙈𝙖𝙙𝙞𝙨𝙤𝙣 𝙇𝙤𝙬𝙚𝙡𝙡-


Bufó tratando de ignorar los ojos que sabía estaban sobre ella en esos momentos, girando en la silla detrás del mostrador de enfermeras donde se había sentado, aburrida hasta la médula por falta de casos que le parecieran interesantes o que fueran lo suficientemente críticos como para necesitar su intervención, tratando de no hacerle caso a las personas que rondaban a su alrededor

Incluso si Seattle no era igual que New York, seguían estando ahí las miradas, los murmullos, los ojos ansiosos que esperaban hiciera alguna cosa sorprendente, igual a toda su vida

—Hey, pequeña Lowell —escuchó, así que giró la silla hacia donde la llamaron, topándose con Mark acercándose—¿Por qué mi chica favorita se ve tan triste? —hizo un puchero demasiado exagerado como para hacerla reír por lo ridículo que se veía

—No estoy triste, solo aburrida —rio, acomodándose en la silla mientras lo veía acomodarse contra el mostrador—No hay nada interesante y Derek no me deja salir sola —rodó los ojos, escuchándolo reír

—Es un alivio ver papá Derek sigue siendo papá Derek —resopló divertido—¿No quieres acompañarme en un procedimiento de plástica? —le sugirió con una ligera sonrisa—Hace años no tenemos una cirugía juntos —señaló

—No te lo tomes personal, pero poner implantes y hacer personas vanidosas finjan no tienen su edad real dejó de ser divertido cuando cumplí doce —arqueó las cejas, riendo cuando lo vio hacer una mueca

—Has herido mis sentimientos —se quejó a pesar de ver fallaba al tratar de no sonreír, haciéndola reír

—Lo siento —

—Está bien, lo dejaré pasar solo porque eres la pequeña Lowell —dejó un pequeño pellizco en su nariz que la hizo quejarse y apartar la cabeza, aun irritada por su afán por hacer eso desde que era pequeña—Pasando a temas más interesantes; oí el rumor de que cierto paciente de la habitación veinte veintitrés ha estado preguntando por ti esta última semana —movió las cejas en una clara insinuación

—¿Justin? —arqueó una ceja

—Sí, ese chico —asintió sonriente—Las enfermeras dicen no ha parado de pedirles le envíen mensajes a la linda cirujana joven de bonitos ojos —tarareó

—Me imagino —movió la cabeza—Pero no me interesa; apenas insinuó intensiones románticas, lo corté de raíz —se encogió de hombros

—¿Hiciste qué? —arqueó las cejas

—No tengo tiempo para novios; son una distracción —tarareó, justo igual a como siempre escuchó sus padres dijeron

Cualquier cosa que robara minutos de su precioso tiempo era algo que debía verse eliminado de su agenda porque cada minuto que no pasara innovando o salvando vidas, era un minuto perdido

Little Lowell | 𝙍𝙚𝙚𝙨𝙘𝙧𝙞𝙩𝙖 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora