Capítulo 4.

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- ¡Hope! – Grito mi hermano al teléfono, ni siquiera recordaba estar hablando con él.

- Si, voy para ya. – Contesté.

- No tardes, hace frío y Noah quiere irse a casa. – Colgó.

Noah. Recordé lo que había pasado hace un rato en el bar, no podía creerlo, mi hermano no se puede enterar de esto, es capaz de matarlo. Anduve entre el bosque, no sé porque, pero tenía la esperanza y miedo a la vez de que el chico de ojos verdes volviera a aparecer. Sin darme cuenta a los cinco minutos estaba en la puerta del Álamo. Un chico moreno bastante alto, que vestía todo de negro, se me acercó y no me dejo pasar.

- Eh rubia, ¿Cómo es que no te has pasado a saludar? – Dijo.

- Tengo cosas mejores que hacer. – No me apetecía empezar una conversación con un tío que no conocía de nada en ese momento, me di la vuelta y seguí andando en busca de Karol, pero el chico me agarró del brazo y me tiró contra él.

- A mí no me des la espalda. – Me susurró al oído.

- ¡Déjame en paz, gilipollas!

El chico me agarró más fuerte de la muñeca, a lo que yo hice una mueca de dolor, intenté reconocer quien era, por si le conocía de antes, pero no me sonaba de nada. Tyler salió de la puerta del bar y se acercó empujando al chico que me agarraba.

- ¿Qué coño haces Ian? Ni se te ocurra acercarte a ella, o te reventaré la cara. – Le amenazó.

- ¿Tú? El chaquetero me va a pegar, que miedo.

Sin pensárselo dos veces Tyler le pego un puñetazo en la cara que lo dejo en el suelo, el tal Ian se levantó y le devolvió el golpe en el costado, me intenté meter en medio para separarles, pero alguien me agarró por detrás y me separó de la pelea. Todo el mundo gritaba animando a uno, y nadie les separaba. No podía creer lo que estaba pasando, y todo por mi culpa.

- ¡Hope venga vámonos! – Reconocí la voz de Trece detrás de mí, Karol, Noah y el estaban apoyados en su coche negro, me acerqué a ellos, notaba la mirada de Noah pegada en mí.

- ¡No podemos irnos, Ian y Tayler se están pegando por mi culpa!

- Eso es normal aquí hermanita, sube al coche, nos vamos a casa de unos amigos un rato.

Miré hacia atrás antes de subir, la gente seguía apelotonada alrededor de la pelea, pero no podía hacer nada para pararlo.

- ¿Dónde has estado tía? – Me preguntó Karol de camino a la casa de los amigos de Trece. Eran solo las tres de la mañana, pero ya estaba bastante cansada.

- Me encontraba mal, y salí a las calles de en frente a fumarme un piti. – Mentí, no quería que Karol se preocupase de mí.

- ¡Me encanta este sitio! Pero a partir de ahora toda la noche juntas eh.

Asentí riéndome. La casa no debía de estar bastante lejos ya que no tardamos ni tres minutos, Noah aparcó en la puerta, el sitio estaba lleno de coche y la música se escuchaba desde fuera. Me cambié a los tacones y deje el bolso y la chaqueta dentro del coche, no me apetecía estar cargando toda la noche con ello. Me agarré a Karol hasta llegar a la puerta que nos abrió una chica con el pelo rojo. Iba vestida, bueno vestida, casi desnuda. Llevaba un top demasiado pequeño y unos shorts demasiado cortos para el frío que hacía.

- Chicas esta es Dakota. – Grito Trece a la vez que entrabamos.

- Esta es Karoline y yo Hope, encantada. – Me presenté.

Pasamos dentro de la casa, todo estaba completamente lleno de adolescentes borrachos, Trece nos dirigió a un sillón rodeado de gente. El corazón se me sobresalió cuando vi al chico de ojos verdes sentado en el sofá con una chica. Era demasiado guapo, su pelo moreno le recaían sobre las orejas, una de ellas con un pequeño pendiente de aro, y los tatuajes que le recubrían sus brazos le daban un toque demasiado sexi, seguia llevando la ropa del bosque. El chico no se dio cuenta de mi presencia hasta que Trece grito algo que no pude oír.

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2015 ⏰

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