Capítulo 3.

97 9 1
                                    

Subimos todo al apartamento, era un sitio perfecto. Nuestros padres nos habían ayudado a pagarlo.
Era bastante grande, tenía un gran salón, con dos sofás negros, abierto a una cocina, dos baños enormes, y tres habitaciones.
Karol y yo ya lo teníamos todo planeado. Una de las habitaciones será para ella, otra para mí, y otra será el picadero. Por eso elegimos esta casa. Y por el gran vestidor que hay al fondo del pasillo. Trece se fue protestando de que era demasiado grande a su apartamento, y Karol y yo empezamos a deshacer las maletas y ordenarlo todo. Tres horas después conseguimos dejar el apartamento perfecto.

- Todavía no me lo creo, por fin somos libres, sin tener que preocuparnos por nada, solo nosotras. - Dije a la vez que me tiraba sobre el sofá. - Recuerdo cuando teníamos catorce años, y nos sentábamos en algún banco, con nuestro cigarro, planeando todo lo que haríamos al terminar el instituto, y cuando se lo contábamos a alguien se reían de nosotras. Y lo hemos conseguido. A pesar de todo, lo conseguimos.

- Somos increíbles, tanto tiempo esperando... y ya está, a partir de ahora empieza nuestra vida de verdad.

Nos fumamos un cigarro, y nos preparamos para salir, me puse mi vestido favorito, negro y de vuelo, con unos altísimos tacones rojos, me encantaban esos tacones. Me maquille ligeramente y me alise el pelo. Karol me estaba esperando en la terraza fumándose un cigarro. La verdad es que siempre decimos que vamos a dejarlo, desde los trece años, pero viviendo en el barrio que vivíamos, es bastante difícil no engancharte a algo. Cogí el móvil que estaba sobre la encimera, tenía un mensaje de Trace.

"Paso a recogeros a las diez, no tardéis."

Mire el reloj, quedaban cinco minutos para las diez, asique fui a la terraza, hacía bastante frío y el vestido no me tapaba lo suficiente.

- Toma. - Dijo Karol a la vez que extendía la mano con un cigarro, llevaba un vestido blanco, también de vuelo, y unos tacones negros. Desde la terraza se podía ver el piso de en frente y el bosque detrás. La verdad es que estaba bastante nerviosa, no recordaba mucho de aquí, pero lo suficiente como para estar nerviosa.

- Primera noche, ¿Preparada? - Pregunté.

- Supongo que sí, pero estoy acojonada, mañana tendrás que enseñarme todo esto.

- Ya somos dos, y mañana daremos una vuelta. Vamos que Trece esta abajo.
Estaba cerrando la puerta cuando recordé una cosa.
- Se nos ha olvidado una cosa muy importante.
- ¡Chupitos! - Grito Karol entusiasmada, un vecino anciano paso por el lado mirandonos mal y susurrando algo. A lo que nosotras nos reímos.
Entre corriendo en el apartamento directa a la cocina, cogí dos vasos de chupitos y los rellene con Vodka negro.
- Nuestro ritual. - Dije a la vez que daba uno de los vasos a Karol.
- ¡Por nosotras! - Grito. Brindamos entre risas y nos lo tomamos.

Bajamos abajo, el tío del hold se quedó mirándonos, y silbó como si fuéramos perros. Normalmente le contestaría pero no quiero llevarme mal con nadie de los apartamentos el primer día. Trece estaba esperando en la puerta con un coche que no era el suyo. Iba de copiloto pero no podía ver quien conducía.

- ¡Venga chicas! Llevamos diez minutos aquí. - Grito mi hermano.

Karoline entro por la puerta trasera y yo detrás.

- Este es Noah, es mi compañero de piso.

El chico levantó la mano como si nos saludase sin girarse y nos presentamos. Llegamos al Álamo en menos de diez minutos, es un bar bastante grande. Trece nos ayudó a salir del coche ya que el suelo no era bastante adecuado para esos tacones. El bar no había cambiado nada, recuerdo haber ido con mis padres a tomar algo, pero nunca había salido por la noche aquí. La música sonaba tan fuerte que me retumbaban los oídos. Karol y yo fuimos directas a la barra a pedir dos vodkas negros con coca cola. Vi a Tyler apoyado en la pared con unas chicas y los dos chicos de antes.
- Vamos a bailar. - Grité a Karol al oído.

Empezamos a bailar las dos juntas, no parábamos de reírnos y de pedir cubatas cada dos por tres. A las dos horas pasamos a los chupitos, y seguimos bailando como locas. Tuvimos que rechazar a algunos tíos, esta era nuestra noche.

- ¡Hola guapa! - Gritó alguien en mi oído.

Me di la vuelta, frente a mi estaba el chico que conducía el coche de Trece. Era mucho más guapo de lo que pensaba, sus ojos azules relucían y era bastante alto.

- ¡Hola guapo! - Le conteste, cosa que normalmente no haría, pero iba demasiado borracha, miré hacia los lados en busca de Karol, pero no estaba en ningún lado.

Un minuto después estaba bailando muy pegada a Noah. De repente se me acercó bastante e intento besarme, primero me negué, pero mi cuerpo no reaccionaba y acabe siguiéndole. Mi cerebro reacciono un momento después y me aparte, el chico se quedó mirándome como su hubiera hecho algo, esto era lo que no quería que pasara, no quiero a nadie en mi vida, ni siquiera un rollo de una noche. Sin pensarlo dos veces salí del bar en busca de Karol, no estaba por ningún lado. Asique decidí dar un paseo para despegarme. La chaqueta de cuero no me abrigaba mucho y los tacones me estaban matando, saque unas superstar del bolso y me las cambie por los tacones. Siempre que salgo de fiesta suelo llevármelas, y siempre acabo con ellas puestas. Era bastante extraño andar por estas calles, no había coches en esta zona a estas horas y todo estaba bastante tranquilo, las calles eran completamente distintas a las de Laundon, allí todo es más grande, los recuerdos se me venían constantemente. Recuerdo andar por estas calles con mi padre y mi madre cuando todo era distinto, cuando éramos felices. La memoria es algo difícil de entender, suelo recordar lo que más daño me hace, en cambio, los buenos momentos no quedan grabados de la misma manera.
No sé cuánto tiempo estuve andando pero llegue al bosque, era muy tarde, pero recordaba haberlo hecho antes asique me adentré dentro del bosque. Me encendí un cigarro y ande, y ande. No sé cómo explicar la sensación que se apoderaba de mí, a la vez me sentía feliz por estar aquí, pero por otra parte era demasiado para mí. Hacía bastante frío e incluso alguna de las hojas que pisaba estaban heladas.
Las pisadas de alguien me sobresaltaron detrás de mí, me di la vuelta asustada.
Nuestras miradas se cruzaron, la poca luz que había ilumino sus ojos verdes, no sé porque razón, pero el corazón me latía a cien, el estómago se me revolvía de una manera impresionante, suponía que era por el alcohol.

- Hola. - Susurré, pero lo bastante alto como para que lo escuchara.

El chico no contestó, pero no apartaba la mirada, pude disimular que llevaba unos vaqueros y una camiseta de manga corta blanca, que dejaba al descubierto bastantes tatuajes, de repente se dio la vuelta y hecho a correr.

- ¡Eh, espera! - Grite, pero no se giró.

Iba a salir detrás suya, pero el teléfono resonó dentro del bolso, era Trace.

- Hope donde estas, llevamos una hora buscándote por todos lados.

Mi vista seguía pendiente del chico que se alejaba entre los árboles, hasta que deje de verlo, no sabía muy bien a dónde se dirigía , pero estaba bastante segura de que se estaba adentrando en el bosque. Tiré el cigarro al suelo y lo pisé.

Vicio y Vacío.Where stories live. Discover now