H E L L

|12| Te odio, me odias, ¿Nos besamos?

¡Hola, Hells!

A que nunca creíste volver a verme. Pues, aquí estoy.

Casi un mes sin actualizar. Es todo un suceso en mí. JAMÁS había llegado a tanto, yo que antes actualizaba casi diario:'(
En fin, la universidad no me deja tiempo para NADA literalmente. Aún así, logré hacer un tiempo. ¡Ya necesitaba escribir y leer! ¡Lxs extrañé mucho! ¡Me dolía muchísimo ver los mensajes y comentarios pidiendo que actualizará y no poder! En una semana debo empezar mis vacaciones, así que al fin podré volver con la rapidez y agilidad de antes con las actualizaciones. Sé que mis lectoras fieles (o sea todas❤️) han esperado por los capítulos y no abandonarán a nuestros niños, hijos de nuestros niños originales. Por si no sabían tenemos grupo de WhatsApp, por donde me comunico con algunas de ustedes, comentamos locuras, reímos y hago anuncios. Si quieren que las incluya solo tienen que escribirme por comentarios o por los mensajes de Wattpad. Por allí envié una encuesta sobre qué querían que hiciera después de tanto tiempo sin actualizar y ganó la opción de un capítulo potente🔥, aunque estaban entre eso y un maratón las muy calientes escogieron el capítulo con salseo. Si veo comentarios esquizofrénicos de necesidad y ansiedad por un nuevo capítulo, trataré de escribir otro para esta noche. ¡Así que las leo en comentarios!

PD: Si no recuerdan bien el capítulo anterior les recomiendo volver a leerlo al menos vagamente para que entiendan bien este.

¡Se les ama! ¡A leerrrr!

|12| Te odio, me odias, ¿Nos besamos?

Camino como alma que lleva el diablo, rápido, veloz, furiosa, echando humo por las orejas.

Al llegar al otro sector del edificio que está destinado a los chicos pregunto por la habitación de los Pierce y no tengo que buscar mucho, es definitivamente la que más resalta. Alejada de todas, con una amplitud superior y con un pasillo apartado solo para ella.

Malditos.

Malditos.

Malditos.

Toco la puerta con fuerza hasta que mis nudillos duelen.

Cuando es abierta me encuentro con la mirada brillante y burlona de Ashton Pierce, el chico más estresante, pedante y a la vez guapo que he conocido. No digo que sus hermanos no sean guapos, pero Ashton logra tener un físico de Dios y sentimientos de mierda, si es que tiene sentimientos.

Entro al darle tiempo a hablar y una vez estoy dentro me doy cuenta de la influencia de esos chicos y su familia en Millennium Academy. Su departamento es literalmente como un hotel cinco estrellas reducido, el suelo es de un blanco mezclado con azul tan brillante y pulcro que ciega, aire acondicionado y aroma a limpieza y riqueza por todos lados, un recibir que posee el tamaño de mi habitación con las chicas, con sofás y una TV que abarca por si sola una pared entera. Luego se ve una puerta abierta a una cocina de ensueño, de las que solo se ven en revistas, con azulejos blancos perfectos, todo ordenado y reluciente. Y luego tres puertas de tamaño y ancho récord que deben ser sus habitaciones y las cuales deben ser aún más impresionantes.

—Bienvenida, acosadora —me dice.

—A ti nunca te acosé, al contrario, parece que tú me acosas. Dame mi ropa que me voy a mí habitación —respondo.

—Di lo que quieras, la manera en que nos conocimos habla por sí sola. Me acosas desde ese momento que me viste desnudo. Y sobre tus cosas batatas ya están en mi habitación, donde dormirás a partir de ahora.

Una ira incontenible me abraza. Me dice que lo acoso, que mis cosas son baratas y ahora tengo que ver su cara hasta antes de dormir. NO. ESO NO.

—¡Si no me das mis cosas voy a empezar a gritar! —expreso —. Estás mal de la cabeza si crees que voy a aceptar estar a menos de dos metros de ti.