|4| A uno lo odias, otro te atrae y otro te tiene con sentimientos mezclados

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|4| A uno lo odias, otro te atrae y otro te tiene con sentimientos mezclados

-¡Eres un maldito traidor y fin de la discusión! -le grito a Rhys mientras miro en el espejo las consecuencias de el «castigo» de los Pierce en mi cuello.

-¡Claro que no! -protesta mi hermano sentado en mi cama -. Desde aquí adentro escuché las voces de los tres y se oían gemidos y quejidos entrecortados. Creí que los tres te estaban metiendo mano en pleno pasillo y por eso no interrumpí.

Me doy la vuelta hacia él con mala cara.

-Tienes una mente asquerosa.

-¡Ay, por favor! -expresa -. Mi mente es una santa en comparación con lo que te hicieron en la vida real. Solo miraré el cuello rojo y lleno de mordidas.

En eso tiene razón. Palpo la zona donde los tres hermanos se dieron banquete con la piel de mi cuello y aún puedo sentir el punzante dolor seguido de los suaves pero exigentes labios de cada uno.

¡Por dios!

Estos chicos me van a volver loca.

Me dicen que me alejé de ellos y deje de acosarlos pero me hacen eso.

-¿No deberías actuar como un hermano mayor e ir a exigirle cuentas a esos tíos que han cortado y mordido como bestias a tu hermana menor? -le pregunto a Rhys quien se echa a reír como si le dijera la mayor broma jamás contada.

-Vale. Reconozco que esos tres son muy, muy extraños. Muy cuerdos no son. Pero, vamos, nos conocemos H. Sé que te ha encantado.

-¡Claro que no! ¡Dolió como mil demonios!

-Y aún así se te gustó.

-¡Eres... El peor hermano que ha pisado la faz de la Tierra! Es más, vete de mi habitación.

Él se levanta y yo lo hago caminar mediante empujones.

-Cuando sepas cuánto le mide a Callum me cuentas -me pide.

-En primera: No volveré siquiera a mirarlos. ¡Ahora soy yo quien quiere que desaparezcan! Y segundo: ¿En serio prefieres a Callum?

-¡Por supuesto! -exclama. Yo le doy el último empujón y queda fuera de mi habitación. Solo cerrar la puerta y no lo veré más por un buen rato -. Imagina esos ojos mientras te folla y te mira fijamente, o mejor, mientras te dice que destruiría el mundo por ti.

Pongo los ojos en blanco.

-Odio tu lado romántico-sexual.

-Yo si odio tus gustos. ¿Brixton? Vale está bueno, buenísimo. Pero... Es un maldito bicho raro.

-Eso... Tiene lo suyo.

-Sí, que te mire como Frankestein o la Momia. Super excitante -dice sarcástico.

-¡Ay, cállate! -cierro la puerta dejándolo afuera.

Escucho sus pasos alejándose.

Me lanzo a la cama y resoplo con fuerza.

Desde ayer que sucedió «eso» entre los hermanos y yo no dejo en pensar en ellos.

¿Por qué tanta insistencia en que me mantenga lejos de ellos? ¿Qué ocultan?

Y si realmente quieren que me aleje, ¿Por qué demonios compartieron ese momento tan íntimo y extraño conmigo?

Porque a pesar de que el hecho de que no dudarán en cortarme y que siento que ocultan algo cada vez que veo o palpo las marcas en mi cuello no dejo de pensar que me siento como si me hubiesen marcado como suya, solo suya y a una parte de mí le fascina la idea.

H E L LWhere stories live. Discover now