𝐌 | Arabella Black y Blair Nott descubren los misterios de sus familias desafiando los estigmas de las mismas y escribiendo juntas una nueva historia donde su unión influye en sus decisiones y abre el camino hacia lo que siempre desearon conseguir...
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Blair corrió a la enfermería a penas le avisaron que Arabella estaba ahí, dispuesta a darle un buen regaño si se había metido en problemas otra vez. Claramente no estaba en sus planes que un rubio la detuviera en su camino.
—¿A dónde vas?— Le preguntó Draco.
—A la enfermería.— Le respondió cortante.
La mirada de Draco se tornó preocupada. —¿Estás bien? ¿te hicieron algo?
—No. Voy a ver a alguien.
—¿A quien?
—No tendré la misma conversación contigo.— Blair siguió su camino dispuesta a dejarlo ahí, la mano de Draco en su muñeca volvió a detenerla.
—Blair, escucha...— Suspiró pesadamente. —Ya no quiero seguir peleando contigo. ¿Me molesta que estés con ella? si. Pero creo que ya es muy tarde para lo que yo quiera.
Blair alzó una ceja, escuchándolo.
—La cosa es,— El rubio tragó saliva, como si lo que estuviera a punto de decir fuera muy difícil de expresar. —me importas demasiado, y no quiero que te alejes de mí por algo así.
Blair lo miró a los ojos y no vió más que la verdad. Sabía que Draco era una persona difícil y que tomaría mucho tiempo en cambiar. Rendida, suspiró. —Está bien, pero no me des más razones para dejar de hablarte otra vez.
—Entendido.— El rubio le sonrió e hizo algo que la dejó helada. Con su mano en su muñeca la jaló hacia el y la envolvió en un abrazo, muy extraño en el pero para nada incómodo. —Ve.— Le dijo, y la soltó.
Blair se le quedó mirando por unos segundos pero continuó su camino a la enfermería, anotando mentalmente ese tema de conversación. Al abrir la puerta del lugar, su sorpresa creció al divisar a Hermione, Ron y Harry Potter junto a Arabella.
—¿En qué te metiste?
—Prometo contarte luego.
A los segundos despertó Potter.
—Lo vi en el lago.
—Harry, capturaron a Sirius.
Arabella se levantó de golpe.
—Los dementores le van a dar el beso.
—¿Van a matarlo?— Ahora Potter se levantó.
—No. Es peor. Le van a sacar el alma.— Dijo Arabella.
