CAPÍTULO 4

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Heng y Nam, quienes platicaban animadamente, le preguntaron algo a Freen que no pudo responder porque ni siquiera había escuchado nada más.
Su mente y vista se nublaron, ocasionándole un fuerte mareo.
Ellos le hablaban, pero parecía perdida en el tiempo
Un casi grito de Heng, hizo llamó su atención, regresando su vista a su laptop

Freen: Lo siento chicos, debo irme.
Los veo el lunes en la universidad.

Sus amigos quedaron desconcertados por lo dicho, porque en su conversación, habían quedado de compartir el fin de semana. Pero no pudieron decir nada ante la respuesta de Freen, porque está finalizó la llamada inmediatamente.

La cabeza de Freen quería estallar del fuerte mareo, y el dolor de cabeza que se aproximaba

-No puede ser la misma persona.
Quizá es solo una coincidencia.
Puede haber otras personas con el mismo nombre.

Se decía así misma

Minutos después, las llamadas se detuvieron

Aquella noche, Freen no pudo conciliar el sueño.
El recuerdo hace unos días, comenzó a atormentarla una vez más.

Sentía que perdería la cabeza en cualquier momento. Pero ya entrada la madrugada, pudo quedarse dormida sin haber comido absolutamente nada.

Ya serían dos días en los cuales, solo desayuna en casa antes de ir a la universidad.
Pues una vez allí, come muy poco en la cafetería a la hora del recreo.

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Al amanecer, no se sentía nada bien, pero no tomó importancia al respecto.

Quiso salir para arreglar el teléfono celular de Becky, pero cada que lo veía y recordaba el nombre visto en la pantalla, sentía débil su cuerpo.

Tomó una ducha, se vistió, tomó su cartera de mano, fue a la cocina para comer algo sencillo y salir. Pero su nana, la detuvo al verla un poco pálida

Nana: Señorita Freen, ¿está usted bien?
La veo pálida

Freen: No pasa nada nada.
Solo no pude dormir bien.

La señora Christine no creyó mucho lo dicho, pues ella más que nadie, sabe que Freen, al llegar a casa, no almuerza, ni baja a comer la cena últimamente, pero no la cuestiona mientras la observa prepararse un simple sándwich de jamón, pero al verla dirigir su cuerpo a la nevera, casi cae, haciendo que su nana corra a ella para sostenerla.

Nana: (En un susurro) Tú no estás bien, mi niña.
Llamaré a sus padres para que la lleven a la clínica.

Freen: ¡NO! Ni se te ocurra.
Ya te dije que no dormí bien.

Nana: Pero mi niña (Es interrumpida)

Sr. Sarocha: ¿Qué pasa?
Christine, estamos esperando el desayuno a la mesa.

Nana: Si señor, en un momento.

Sr. Sarocha: Freen, ¿estás bien? (Intenta acercarse a ella y tocar su frente, pero esta le esquiva su mano)
Últimamente estás grosera con nosotros. Somos tus padres, no puedes ser así con nosotros.

Freen: (Con una sonrisa irónica) Ahora son mis padres.
No te preocupes, estoy bien.
YO SIEMPRE estoy bien. (Haciendo énfasis en al principio)

Su padre comienza a molestarse y subir su tono de voz

Sr. Sarocha: Freen, no seas desagradecida.
Te he dado todo.
¡Todo lo que hay a tu alrededor, te lo he dado yo!

Freen no dice nada, solo sonríe de manera irónica.
Acto que termina de enfadar a su padre.
Y una nana atrás observando todo discretamente, con el presentimiento de que habrá otra discusión

Freen: ¿Y de qué sirve tener todo lo material, cuando en lo demás, no tienes ¡NADA!? (Grita en la última palabra)

Su padre se enfada ante el grito de su hija, levantando su mano para abofetearla.
Freen se cubre con ambos brazos, pero su nana, se acercó deteniendo su mano. Y este, con poca paciencia, le grita a la señora Christine

Sr. Sarocha: ¿Tu que mierda haces?
Esto es entre mi hija y yo.
Tu no eres más que una empleada.

Su hija, al ver la manera en que este le hablaba a su nana, toma el valor para enfrentarlo

Freen: ¡A CHRISTINE NO LA TRATARÁS ASÍ!

La esposa del Will baja las escaleras con rapidez al oír los gritos

Sra. Sarocha: Will, ¿qué está pasando?
¿Por qué los gritos?

La señora mira a su alrededor, y su mirada cae sobre su hija, haciéndole creer que ha sido ella quien ha comenzado todo el problema, suspira y mueve su cabeza en negación

Sra. Sarocha: Hija, ¿qué hiciste esta vez?

De nuevo una sonrisa irónica se asoma en su rostro

Freen: Todo es mi culpa, ¿no es así?
¡ESTOY CANSADA DE QUE NO SE DEN CUENTA QUE SON USTEDES QUIENES HAN FALLADO COMO PADRES!

En ese momento, la vista de Freen se nubla, el mareo regresa y pierde la noción del tiempo, cayendo en un desmayo


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Unas horas más tarde, mientras el sol se puesta, una Freen desconcertada, se despierta lentamente tratando de analizar el lugar donde se encuentra.

GOTTA BE YOUWhere stories live. Discover now