1.Noche

30 6 4
                                    

1.8 Gris

Titulo alternativo: Tus ojos.

Ambos nos quedamos mirando fijamente, su mano vuelve a apretar la mía.

—¿Por qué?

—Es una historia larga, yo...

—No, ¿Por qué me lo dices a mí? — Mi mirada va a dar al ramo que recién me acababa de entregar al decir eso.

La ansiedad se enrozca en mi estomago, esto esta mal, nada de esto pasaba en el libro.

¿Tanto cambia la historia que Rubi se quedara conmigo mientras el evento de caceria esta pasando?

—Porque somos iguales. — Su voz es un suave susurro, me suelta con mucha lentitud para tomar mi rostro entre sus manos —Somos herramientas utilizadas por el bienestar de otros, pero tu prometiste hacer un mundo diferente. Quiero creer en ti. — Sus ojos brillan, el diamante en ellos es tan intenso que es imposible ignorarlo —Tienes que cambiar el mundo y cuando el mundo sea diferente. Tienes que salvar también a las herramientas como yo, ¿De acuerdo?

La respuesta que deseo dar no es pronunciada, Ana nos grita desde la lejanía, parece asustada.

Rubi y yo nos ponemos de pie.

—¡Señorito, señorita! — Repite jadeando —¡El joven amo ha vuelto!

—Es muy pronto.

—Quiere verlo de inmediato señorito, el joven amo está realmente molesto por lo que...

Un ademan mío silencia a Ana, a la lejanía veo a Luzu. Giro a ver a Rubi, el cielo antes azul ahora es rosa por el atardecer y la bañan de una forma tan preciosa que el miedo en sus ojos es casi una ofensa a la imagen.

El diamante ha dejado de brillar y sus ojos de otoño vuelven a ser los de siempre.

Tomo su mano nuevamente y la llevo a mi pecho —Tu secreto es mi secreto ahora, no te traicionare con mi dueño. —

Sus ojos se abren con sorpresa, sé que ahora tiene preguntas, ella habia asumido todo este tiempo que Luzu sabia su secreto, vivía atemorizada por ello.

Lo minimo que podía hacer por su confianza, era pagarle con libertad.

Camino lentamente hasta Luzu, ni siquiera sigue mirándome cuando nota que voy a su dirección, da media vuelta y se aleja seguro de que lo seguire.

El trayecto a su oficina esta despejado, ningún sirviente quiere cruzar el camino de Luzu cuando el esta enojado.

Al cerrar la puerta de madera oscura tomo aire, despues pensare porque las cosas son diferentes por ahora debo asumir las consecuencias de mis acciones con los cambios en la historia.

—¿Lo descubriste o solo estuviste holgazaneando en cama y el jardín? — Su voz es severa

—Si habla del secreto, no. ¿Acaso es necesario? Escuche que Rubi ya proclamo un compromiso con usted frente a todos.

—Tener el compromiso asegurado, no es tenerla a ella asegurada. Si descubre que le mentimos y no sabemos su secreto se marchara. ¿Acaso eso quieres? ¿Quieres que el pueblo de noche sufra?

—¡Quiero que dejes de pensar en ella como una herramienta! Es una persona, claro que no quiero que el pueblo sufra, pero debe haber otra manera. Podríamos hablar con ella y...— la frase es cortada por el ardiente dolor en mi mejilla.

Luzu me acaba de dar una bofetada.

Jamas se habia atrevido a pegarle a Quackity.

¿Por qué tiene ahora que ser diferente?

—Ella es una herramienta. Como tú, no olvides tu posición. Eres de mi propiedad. — me arranca el ramo de flores que tira a un lado, cuando intento levantarlo sujeta mi muñeca —¿A que están jugando? ¿A los amiguitos? ¿Las herramientas se llevan bien? ¿O acaso los rumores son ciertos y te enamoraste de ella? — su voz se eleva, trato de apartarme.

—¡Me estas lastimando! — Grito —¡Ya te dije que no se su secreto, debes de hacer otro plan, uno donde la trates como persona! —

—Eres de mi propiedad.

—Soy tu amigo y consejero.

—¿Condenaras nuestro pueblo por enamorarte de una zorra cualquiera?

—¡El pueblo ya esta condenado si actuas de esta manera cuando las cosas no salen como deseas!

Cuando al fin me suelta termino en el piso junto a las flores.

Nada de esto esta bien, nada de esto pasaba en el libro, ¿La historia esta cambiando tan pronto?

—Tienes que descubrir su secreto. — Su voz vuelve a endulzarse, me confunde bastante, siento el corazón en mi pecho latir desenfrenadamente de los nervios y el miedo.

—Aun si lo descubro, nada garantiza que ella actué como tu lo deseas, ella no es una herramienta. Es una persona. — Trato de levantarme, con minimo una de las flores que antes me había regalado Rubi —Tal vez tienes razón y yo sea de tu propiedad, pero la avaricia es un pecado Luzu, no intentes poseer a alguien mas. Con una herramienta es suficiente. —

Sus ojos rojos miran fijamente a los mios.

—Tus ojos son grises...— su voz es de sorpresa pura, el enojo pasa a segundo plano —¿Quién eres? —

Maldición. Me descuide.

Deseo. [Rubckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora