1. Noche

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1.5 Excusa

Titulo alternativo: Con todo mi corazón.

Desde esa noche Rubi es aislada por los sirvientes del palacio, los únicos que hablamos con ella con confianza somos Ana y yo.

Los sirvientes tienen miedo a que la ira de Luzu vuelva a explotar contra la invitada, su intención es que si llegase a pasar eso de nuevo es la de no estar en el ojo del huracán.

Rubi, la preciosa flor del reino del sol, se marchita lentamente frente a mis ojos.

Ambos hablamos, sé que ella agradece la cercanía que trato de entablar entre nosotros pero ella es precavida.

Construyendo muros para protegerse a si misma y su preciado secreto.

Entre más pasos doy para acercarme, ella se aleja.

Es como una rosa con espinas. Lista para lastimarme de ser necesario solo para proteger aquello que juro nunca rebelar.

Luzu se desespera con cada día que pasa creando una rutina. El espera en mi cama cada noche, con un libro diferente y una sola vela encendida.

"¿Sabes su secreto?" pregunta

"No." Y se va.

Se que confía en mi, una confianza ciega donde asume que apenas sepa algo importante correré directamente a decirle. Porque siempre fue asi, Quackity era la mano derecha de Luzu y viceversa. Tenían una confianza ciega en el otro.

Pero yo no soy Quackity.

No ese Quackity por lo menos.

—¿En qué piensa, mi señorito? — La voz de Ana me saca de mis pensamientos.

—En que hace demasiado calor, se nota ya es verano. ¿Rubi trajo suficientes vestidos con ella para este clima? —Le doy un sorbo a mi taza de té, "Amargo" pienso arrugando la nariz.

—No lo creo mi señorito— Ana sonríe, es esa sonrisa de que se le ha ocurrido algo —¿No cree, mi señorito, que es necesario para una dama de su estatus el tener mas vestidos? Es una lastima que solo se puedan conseguir en el pueblo, a causa de que al joven amo no le gusta que intrusos entren al palacio de noche. Recordará lo que ocurrió la ultima vez con el reemplazo del jardinero.—

Ana es inteligente, no es de extrañar que Quackity fuera brillante también.

—¡Tienes toda la razón! Es un asunto de suma importancia, ni siquiera le podemos pedir permiso al joven amo que se está preparando para el evento de cacería de este año. Infórmale que yo y Rubi fuimos al pueblo por vestidos cuando se tenga la oportunidad. No importa si tardas, Ana. — Ambos sonreímos, me levanto de la silla con prisa para ir al cuarto de alado.

Ana me detiene del brazo.

—¡Mi señorito! Antes de que se vaya, su té. — frunce el ceño y me extiende la taza humeante, autoritaria.

—Sabe mal.

—Es por su bien, es necesario que se lo tome, sabe que por estas fechas tiende a enfermarse. — tomo la taza entre mis manos, el sabor amargo quema mi garganta y su horrible sabor me hace tener arcadas, Ana desenvuelve rapidamente un dulce que me da.

Como si aún fuese un niño pequeño, acaricia mi cabeza y me da una sonrisa gentil.

—Vaya con cuidado, mi señorito. —

Toco un par de veces la puerta antes de recibir el permiso para cruzar, cuando entro veo a Rubi sentada en la ventana bordando, su cabello castaño está sujeto de una coleta y muerde su labio inferior en un intento de concentrarse mas.

Deseo. [Rubckity]Where stories live. Discover now