1. Noche

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1.4 Chocolate.

Titulo alternativo: Crueldad.

El estruendoso sonido de vidrio rompiéndose me saca del mundo de los sueños, murmuros y gritos ahogados es el indicativo que tengo para apresurarme a salir de la habitación.

-¡Mi señor, esas no son formas de tratar a una dama! - esa es la voz de Ana, me apresuro a bajar la escaleras, saber lo que está ocurriendo por haberlo leído no me prepara para la escena frente a mi; Luzu sujetando de la muñeca a Rubi, arrojándola frente a la gran puerta del palacio que están abiertas de par en par, la mayoría de sirvientes están reunidos en el recibidor viendo la escena sin atreverse a interponerse entre ellos dos, Ana es sujeta por otras dos sirvientas, impidiéndole intervenir.

La luna es la única que ilumina el momento, los ojos de otoño de Rubi miran aterrados a su alrededor, buscando clemencia o ayuda. Cualquier cosa.

-¿Te quieres ir, no es asi Rubi? ¡Pues vete! Escuchen todos, ella es libre de irse cuando lo desee, de largarse en cualquier momento pero cuando lo hagas...- Luzu se arrodilla, le susurra algo al oído que la hace sollozar.

"Tu secreto saldrá a la luz."

Esa amenaza sin fundamentos es lo que Luzu usara a partir de este momento en Rubi para mantenerla bajo control, para obligarla a no irse.

-Por favor, no. Perdoneme, no lo hare, no me iré. No diga nada. - su ruego es lastimero, como el canto de un ave herido.

-Apartir de hoy, soy tu amo y señor, tu lealtad está en el reino de Noche. No lo olvides. - Rubi se cubre los ojos asintiendo, bajo las escaleras con calma.

-Asi no se tratan a una invitada, mi señor. - Trato de hacer la voz más molesta que puedo, Luzu no se mueve de su lugar dándome la espalda.

-La invitada quiso salir del palacio de noche como una rata, así que la trate de esa forma.

-La invitada aprendió la lección, su lealtad esta con los dioses y el reino del sol. No olvide usted tampoco su posición, mi señor. - Camino hasta Rubi y me arrodillo a su altura -¿Estas bien? - la pregunta sale sobrando, sus manos tiemblan ante mi tacto y sus ojos llorosos de otoño me miran aterrada y confundida, le dedico una pequeña sonrisa antes de levantarme y mirar a los sirvientes que esperan cualquier cosa -Todos necesitamos descansar, cierren la puerta. Ya escucharon al señor y amo de este palacio, nuestra invitada puede irse cuando lo desee, una escena asi no será repetida nunca más. Ana, trae chocolate caliente al cuarto de nuestra invitada, el resto puede retirarse. -Trato de mirar a Luzu a los ojos pero el desvía la mirada antes de poder hacerlo.

-Tu también necesitas descansar. - Es como un niño pequeño al decir eso, suelto el suspiro que estaba conteniendo.

-¿Qué vas a hacer el día que falte? Un desastre, eso es seguro. - Bromeo un poco, dándole una palmada en el brazo -Hablaremos por la mañana.

Dicho eso, ayudo a Rubi a ponerse de pie y la llevo a su habitación, el camino es silencioso hasta que la puerta se cierra.

Enciendo las velas que están en su pequeña mesita de noche, cierro las ventanas y cortinas, ademas de arreglar algunas cosas fuera de lugar.

-Gracias. - Su voz esta ronca al decir eso.

-¿Por limpiar tu habitación? No te preocupes. - Ella niega.

-Por ayudarme. Aunque tardaste un poquito. - su tono es amable, no es un reclamo, es una broma.

-¿Ya viste todas las escaleras que tenemos en el palacio? Agradece que pude bajar, cuando era mas pequeño prefería dormir en cualquier pasillo que llegar a mi cuarto. "El palacio de noche" mas bien "El palacio de las escaleras." - Me quejo, lo que saca en ella una risa.

Deseo. [Rubckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora