El día que dijimos adiós

CAPÍTULO VEINTISÉIS

Respondiste rápido Alex, ¿te estas convirtiendo en una pequeña cosita acosadora acaso?

Alex:

No te respondí rápido.

Responde, un segundo después.

Alex:

Mierda, vale, tal vez fue un poco rápido.

Pero es que tengo un momento libre.

Taylor:

Tu nunca tienes momentos libres.

Alex:

Es verdad, pero no vas a creer lo que me paso.

Taylor:

¿Alguno de los estúpidos compañeros que tienes volvió a molestarte?

Alex:

Vale, eso sonó a hermano mayor y fue súper creepy.

Taylor:

Alex...

Alex:

Vale, empezó a salir caca de un inodoro.

Leo el mensaje unas cuantas veces, aguantándome la carcajada.

Taylor:

Mierda...

Alex:

Si, exactamente eso.

Mierda por doquier, Tay.

No tienes idea de cómo huele aquí.

Espera, te envio una foto.

Taylor:

Ni siquiera lo pienses Alex.

Alex:

Foto adjunta.

Carajo, leí el mensaje luego.

Ya borré la foto, ¿ves? Ningún daño.

Taylor:

Ya vi la foto, Alex, que puto asco.

De donde mierda sale tanta caca.

Alex:

No lo se :/

Pero la verdad que vale la pena el olor por lo loco que se ha puesto mi jefe.

Y créeme, sé que el karma va a hacerme pagar por estos pensamientos tan impuros, pero demonios, Taylor, tendrías que haberlo visto.

—Weist, que hayas ganado un único caso en toda tu carrera no te da el derecho a simplemente hacer nada por el resto del día —dice la voz de mi jefe, apareciendo detrás de mí—. Te envié unos archivos que necesito que clasifiques a tu correo, lo necesito para esta tarde.

Me trago la amarga respuesta, sabiendo que si comienzo a discutir con él, lo más probable es que por el placer de joder, me mande simplemente el doble de trabajo.

Taylor:

¿Sabes? Me vendría bien un poco de mierda en mi trabajo, con tal de ver la cara que pondría mi jefe.

Te envidio un poco, ¿sabes?

***

No tenía idea de que carajo estaba haciendo, pero antes de darme cuenta, pero por sobre todas las cosas, antes de que el idiota de mi supervisor me viera, tome las escaleras que iban a la última planta, donde estaban los jefes.