CAPÍTULO NUEVE

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Septiembre 14 del 2023



Habíamos quedado con Alex que la esperaría ya en casa de mis padres, se suponía que tenia que recibir a todo mundo y ultimar detalles. Había tenido que ir a la oficina a firmar unos papeles importantes y una cosa me había llevado a la otra y al final se me había terminado haciendo tarde. Cuando había llegado al departamento Alex no estaba y cuando había terminado de cambiarme después de un baño, Alex me había estado esperando en la sala, haciéndome sonreír cuando sus mejillas se habían sonrojado al verme en traje. Murmuró, todavía un poco aturdida, que Harry, el portero de nuestro edificio, llevaba días preguntando por mi y me hice una nota mental de llamarlo al día siguiente, porque había intentado llamarme a mi también.

Alex abrió la boca para decirme algo más, pero pareció arrepentirse a último momento y me despedí dejando un beso suave en su mejilla, ganándome después una sonrisa tímida.

La fiesta estaba a punto de empezar y los primeros invitados comenzaban a llegar poco a poco. Mis hermanos habían venido antes a pedido mío, no sabía muy bien porque, pero quería un tiempo con mi familia antes de que empezara todo, de todas maneras, casi no habíamos podido cruzar palabras y estaba un poco más irritado de lo normal. Mi hermano mayor estaba de mal humor porque sus hijos eran, literalmente, dos demonios, mientras que mi hermana luego de semanas sin vernos por sus interminables viajes, parecía querer estar en cualquier lugar menos aquí y por la actitud de mi madre para con ella, creo que habían discutido, mi padre nunca había sido muy hablador que digamos, asique estábamos igual que siempre.

Estaba parado en la entrada saludando a cada uno de los que llegaban, sacudiendo manos, recibiendo apretones en el hombro, confiándome que estaban orgullosos, que nunca habían dudado de mi, sin embargo, inexplicablemente, me seguía sintiendo vacío. Si, estaba contento con todo lo que estaba pasándome, no cabía duda que me había esforzado muchísimo por estar aquí..., sin embargo..., negué con la cabeza, prestando atención a lo que me decía alguien quien no tenía idea de quién era, fingí escuchar, asentí y sonreí de algún chiste que para nada me había parecido gracioso.

Miré para todos lados, la fiesta comenzaba a llenarse poco a poco, ¿porque Alex todavía no estaba aquí?

Aquella pregunta me sorprendió un poco, las cosas entre nosotros se sentían..., calmas.

Calmas era una buena forma de decirlo, cordiales, hablábamos más, ella se encontraba más confiada conmigo y yo también con ella, no podía negar aquello. Sentía que entre nosotros había como una especie de confianza natural, como algo simplemente cómodo. Nos entendíamos, nos entendíamos a pesar de que yo todavía no podía recordarla, a pesar de que sabía que a ella se le rompía un poco el corazón cuando me miraba como si esperara que mágicamente todos los recuerdos juntos volvieran a mi y yo..., yo había intentado, cada que podía, le preguntaba cosas, cosas que solíamos hacer y si bien se mostraba un poco evasiva con todo en general, se obligaba a sí misma a hablar y una vez que se ponía a hacerlo, no paraba y aquello no era algo que pasaba siempre, por lo que simplemente me quedaba escuchándola hablar de todo y nada al mismo tiempo, cosas que solían ser cotidianas para nosotros de las cuales yo no tenia idea y de las cuales, si tenía que ser completamente sincero conmigo mismo, no me veía haciendo.

De todas maneras, había algo en escuchar a Alex hablar de manera distraída que me cautivaba muy a mi pesar, porque ella no era muy habladora que digamos, pero una vez que comenzaba a hacerlo, gesticulaba prácticamente con todo su cuerpo, sus manos se movían aquí y allá, sus piernas se balanceaban, las escondía bajo sí misma, volvía a sacarlas, las expresiones de su rostro era algo que me resultaban adorables, pero no lo decía, algo siempre me lo impedía, y luego, cuando se percataba de que tenía toda mi atención, se sonrojaba de manera furiosa y luego se cerraba en banda, como si le diera vergüenza de que yo la escuchara hablar y aquello siempre me hacia dudar, porque se suponía que habíamos estado juntos un año, ¿por que se mostraba tan reacia a mostrarse como era completamente conmigo? Sabía que me ocultaba cosas y yo quería averiguarlas. Desesperadamente.

El día que dijimos adiósWhere stories live. Discover now