CAPITULO 6

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   *⁠.⁠✧ CAPITULO 6: ENCUENTRO PELIGROSO.

   La noche envolvía la ciudad con su manto oscuro mientras me dirigía hacia el Lux, el lugar acordado para encontrarme con mi Alec. Mis pasos resonaban en las estrechas y solitarias calles, el corazón me latía con fuerza en el pecho por la emoción y la anticipación. Estaba muy impaciente por verlo. Cada rincón de mi mente estaba ocupado por la imagen de Alec, su rostro, su sonrisa, su tacto.

   Al llegar al Lux, el bullicio del lugar me envolvió, había gente en la barra bebiendo, personas jugando a las cartas en una de las mesas de las esquinas del bar, también algunos jugaban a los dardos. Busqué ansiosamente entre la multitud, anhelando ver el rostro de Alec entre la muchedumbre. Pero no lo veía. No estaba. Varias ideas se me cruzaron por la mente, pero Alec no sería capaz de aquello. Pero, de repente, un hombre robusto se acercó a mí con paso ligero, una fría barba ocupaba la mitad inferior de su rostro.

— Buenas noches — empezó —. ¿Está buscando a alguien? — asentí con la cabeza —. Hay un ojos verdes — así eran los ojos de Alec, verdes, un verde hermoso y precioso —. La espera en el piso de arriba, en una de las habitaciones. Qué lo pasen bien, señorita.

   El hombre me indicó el camino hacia arriba, hacia las habitaciones privadas donde podríamos tener un momento a solas. Cada escalón que subía estaba cargado de anticipación y deseo, la emoción creciendo con cada paso que daba. Cuando llegué a la habitación, mis manos temblaban ligeramente mientras alcanzaba el lomo de la puerta y la empujaba para abrirla.

   Alec estaba allí, de pie junto a la ventana, la luz de la luna bañando su rostro, si él era guapo para mí, ahora lo era más aún. Nuestros ojos se encontraron en un instante, el aire vibrando con la electricidad entre nosotros. Nos sonreímos y reímos pero sin decir una palabra, nos acercamos el uno al otro con el deseo que palpitaba en nuestro interior.

   Alec tomó suavemente mi rostro entre sus manos y me besó con una pasión desenfrenada, sus labios buscando los míos con una intensidad ardiente. Mis manos se aferraron a su cuello con desesperación, anhelando sentirlo más cerca de mí. Cada roce de su piel contra la mía enviaba corrientes eléctricas de placer a través de mí, haciéndome jadear. Lo necesitaba más cerca.

   Nos separamos solo lo suficiente para tomar aliento, nuestros ojos ardientes con el fuego del deseo. Alec me miró con una sonrisa traviesa en sus labios y comenzó a deshacer los botones de mi capa con manos expertas. Cada botón que se desabrochaba enviaba un escalofrío por mi columna vertebral, la emoción creciendo con cada milesima de segundo que pasaba.

   Cuando finalmente mi capa cayó al suelo, Alec me miró con una intensidad ardiente en sus ojos. Me cogió del culo, yo rodeé mis largas piernas en sus caderas para poder agarrarme. Después de aquello me depósito en la cama con mucha delicadeza, como si fuera un jarrón de cristal y temiera que se rompiera en mil pedazos.

   Una vez en la cama, Alec me miró con una intensidad ardiente en sus ojos, su deseo reflejado en cada movimiento que hacía. Sus manos comenzaron a explorar cada centímetro de mi piel, cada centímetro de mi cuerpo, sus labios siguiendo el rastro de sus dedos con besos ardientes que me hacían gemir.

   — Alec — gemí.

   — Estoy aquí — dijo con su cara en mi cuello, subcionando con la boca la piel de mi cuello —. Estoy aquí.

   Mis manos se deslizaron por su cuerpo con urgencia, ansiosas por sentirlo cerca de mí. Cada caricia, cada beso, era una promesa de amor y pasión. Alec me miró con una sonrisa traviesa en sus labios y comenzó a desvestirme lentamente, revelando mi piel desnuda a la suave luz de la habitación.

   Cada roce de sus ágiles dedos y labios contra mi piel enviaba oleadas de placer a través de mí, haciéndome arquear la espalda y jadear sin poder controlarme. Cuando finalmente estuve completamente desnuda frente a él, Alec me miró con una sonrisa traviesa en sus labios.

   — ¿Estás segura de que quieres hacerlo? — me preguntó. La respuesta era sí. Si quería.

— Sí — jadeé, era una súplica. Lo necesitaba ya.

Nuestros cuerpos se unieron en un acto de amor y deseo desenfrenado. Cada movimiento, cada roce, era una explosión de sensaciones que me dejaba sin aliento, mi mundo era reducido a la unión perfecta de nuestros cuerpos y al placer que solo Alec podía brindarme.

Gemidos de placer escapaban de mis labios mientras nos movíamos en perfecta armonía, nuestros cuerpos fundiéndose juntos en un torbellino de pasión y deseo. Cada caricia, cada beso, era una promesa de amor y conexión.

Él se bajó los pantalones con urgencia, lo más rápido que pudo.

Pero justo cuando estábamos a punto de hacer lo que llevábamos esperando semanas, el sonido de pasos resonó en el pasillo afuera de la habitación. La puerta se abrió de golpe, revelando a mi padre y a mi hermano de pie en el umbral, mirándonos con sorpresa y rabia.

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   *.⁠✧ Holiwis. ¿Cómo estáis? ¿Qué os ha parecido este emocionante capítulo? ¿Qué creéis que pasará ahora con Beatrice y Alec? ¿Su padre, el rey los castigará? ¿O matará a Alec y ese será el castigo de Beatrice? Espero que os haya gustado este capítulo. 🫶🏻🫶🏻🫶🏻

La Prisionera Del Templo.Where stories live. Discover now