38. "Los amantes"

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38.

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LILIT.

Quisiera poder hacerlo. Quisiera sentir repugnancia como he sentido por todos los hombres que me han tocado, pero no puedo. Él despierta algo en mí que lo necesita. Algo que anhela sus caricias, sus besos, su cuerpo, aunque nada de esto sea real y nada le importe, escapo de mi realidad cada vez que me toca. Lo sabe, sabe el poder que tiene sobre mí y como usarlo. Definitivamente ya es demasiado tarde para escapar de una oscuridad que sale de nosotros mismos y nos envuelve en una pasión desenfrenada.

Su mano sigue bajando por mi abdomen y se desvía por mis piernas, haciendo que sienta el deseo de que sus dedos jueguen con mi intimidad. Se lo que quiere. Quiere que le suplique, que le pida que me haga suya porque lo he desafiado y él no puede permitirlo.

Su cuerpo sigue sobre el mío, sus labios deslizan por mi cuello hasta bajar a mis pechos y con sus dedos me baja los tirantes para que quede descubierta. Sus labios rozan mis pechos, sus manos aprietan mi muslo y yo solo puedo gemir. Estoy atrapada en sus deseos enfermizos de hacerme suya, no puedo evitarlo, no puedo escapar. No quiero escapar. Baja hasta mi intimidad y hunde la cabeza en ella tras bajarme la ropa. Esto que siento nunca lo había sentido y gimo. Pone la mano en mi boca para evitar que los demás me escuchen gemir, mientras él sigue dándome placer. Mi cuerpo se retuerce. Una explosión se sensaciones invade cada parte de mí. Cierro los ojos. Su mano derecha presiona mi boca, su mano izquierda juega con mis pechos.

De repente se detiene. Bajo la cabeza para mirarlo y le veo sonriendo ¿Qué le hace tanta gracia? Se pone de pie y camina hacia la puerta para irse. Lo único que está haciendo es provocarme, conseguir mis suplicas y por eso ríe. Me pongo en pie, sus ojos me observan expectantes y está seguro de que voy a perseguirlo, pero termino entrando en el baño. Me deshago de la poca ropa que me ha quedado y escucho la puerta abrirse, lo que me saca una sonrisa instantánea.

— ¿Vas a quedarte ahí viendo como me ducho? —pregunto y le miro por el espejo.

Me agarra del pelo y tira mi cabeza hacia atrás. Sus ojos grises me atraviesan ardientes y me besa. El deseo estalla por todo mi cuerpo como en el coche, giro mi cuerpo hacia él que me agarra de la cintura y presiona nuestros cuerpos haciéndome notar su excitación. Él gruñe, su mano desliza por mi cuerpo hasta la parte de arriba de mi muslo. Me lleva hasta el lavabo, me sube encima de el y vuelve a abrir mis piernas, esta vez para que sean sus dedos los que jueguen con mi intimidad. Me roza el cuello con la boca y me muerde haciendo que de nuevo un gemido salga de mis labios. Mis manos bajan por su espalda, arañándole más y más profundo, mientras que él una vez más me deja con ganas de más.

— ¿Sabes qué estamos en medio del fuego? —me jadea en el oído.

— ¿Y qué es lo que te asusta? ¿Quemarte o qué te guste arder? —le pregunto sin aliento.

SHADE. ®   (#1) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora