Capítulo 15 : Consecuencias

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Me quedé mirando el móvil, no sabía qué hacer, estaba muy cansada. No tenía ganas ni de pensar, así que me quedé allí tomando mi Infusión. No había anulado el taxi, ni le había dicho a Lucas donde estaba, solo estaba allí, cansada.

-La están llamando.

Me dijo el camarero.

-¿Cómo?

-Su móvil, la están llamando.

Miré mi móvil y me estaba llamando Lucas.

-Gracias.

Le dije al camarero. Y este me sonrió y se fue. Cogí el móvil y contesté.

-¿Si?

-¿Eva dónde estás?

-Esperando al taxi.

-Eva estoy aquí, dime dónde estás por favor.

-Estoy en la cafetería.

-Voy.

Y volvió a colgar.

Le di un sorbo a mi Infusión, y ya estaba fría. ¿Cuánto tiempo llevaba allí sentada? Entonces alguien suspiró profundo detrás de mí, y cuando me giré Lucas estaba allí, tan guapo como siempre.

Cogió la silla que había en frente, la puso justo a mi lado y se sentó. No me tocó, no me dio un beso, no me puso el pelo detrás de la oreja, nada.

-¿Estás bien?

Yo dije que si con la cabeza, no me atrevía a hablar.

-Vamos Eva, deja que te lleve a casa.

Dije otra vez que si con la cabeza.

Me levanté y fui a la barra a pagar, Lucas sacó su cartera pero lo miré y le dije que no, y pague mi Infusión.

Salimos de la cafetería y Lucas dijo que el coche estaba a la derecha y yo lo seguí. Cuando llegamos al coche, él me abrió la puerta y yo me subí. Ninguno de los dos dijo nada, ni en el camino de vuelta tampoco. Y cuando lleguemos a nuestras casas yo me bajé, le di las gracias, y me metí en mi casa cerrando la puerta tras de mí, dejándolo a él fuera.

Pasé el día del sofá a la cama y de la cama al sofá, estaba muy cansada.

Lucas no entró con su llave, ni llamó al timbre. Pero me escribió un wassap.

Una parte de mi quería contestarle, decirle que gracias pero que no era necesario

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Una parte de mi quería contestarle, decirle que gracias pero que no era necesario. Que podía irse a trabajar y seguir con sus quehaceres, que si lo necesitaba, lo llamaría. Esa era mi parte educada.

Luego había otra parte de mí, que lo que quería era decirle que era un idiota. Porque se había cargado una relación preciosa basada en la confianza y en la ilusión. Y que si no quería seguir, si ya no le era suficiente o si simplemente le surgió y aprovecho el momento, tenía que haber sido lo bastante honesto conmigo y con nuestra relación y haber dado la cara. Supongo que esa era mi parte emocional.

REINICIARSE A LOS 40Where stories live. Discover now