Prólogo.

113 3 1
                                    

Cuando pequeño, los aldeanos hacían miles de comparaciones conmigo y mi papá. Me hervían la sangre.

"¡BORUTO DETENTEEEEEE!"

No los soportaba. Así que para que la gente dejara de fijarse en el, y más en mi, decidí tomar esa tonta actitud revoltosa qué, al final, solo me era contraproducente.

Sufría mucho cuando decían que no era ni la sombra de papá, y también cuando me reconocían diciendo que me parecía a él.

"¡IDIOTA DESPIERTA AHORA O TE ARREPENTIRÁS EL RESTO DE TU VIDA!"

Por años y años de mi vida, fue mi problema más grande.

"Te amo... Boruto. Ésto no es tu culpa"

Cómo quisiera volver a esos momentos.

"¿Te lo dije, no? Éstos ojos azules, te lo arrebatarán todo".

Rompí el pecho frente a mi con mis propias manos.

Al igual que mi corazón.
.
.
.
.
.
Una Sarada de 16 años corría decidida a su objetivo.

Sarada: SHANNAROOOOO.

Saltó y al caer estalló su puño contra al piso, debido a que su rival logró esquivarlo.

Naruto: Nada mal, Sarada-chan. --- decía sonriente y reposado en el modo sabio.

La joven Uchiha se encontraba notablemente cansada, llevaban entrenando toda la mañana y desde que comenzaron no había apagado su sharingan.

Repitió la acción y embistió nuevamente al Hokage, y el resultado fue exactamente el mismo.

Naruto: Así solo lograrás destruir el campo de entrena... ¡ugh!

Uno de los escombros era Sarada utilizando un jutsu de transformación. Así que al estar a centímetros de Naruto, acumuló todo el chakra que pudo en su puño.

Naruto, pese a la distancia, sabía que podía esquivarlo. Pero el golpe nunca llegó, al menos no de ese lado.

La Uchiha había hecho un mini chidori en su otra mano, y usó la velocidad que proporcionaba para ponerse del otro lado de Naruto.

El rubio no entendía nada, había esquivado cientos de chidoris de Sasuke, por lo que cambiar de posicionamiento no la ayudaría.

Sin embargo, una fuerte onda de viento llegada desde los arbustos la impulsó y más su puño izquierdo con el chidori que usaba como propulsor, tuvo la velocidad suficiente como para lastimar al séptimo hokage.

Naruto pudo poner sus puños y retenerlo, pero concluyó en que lo mejor era esquivarlo.

Y lo logró, pero a medias.

Tras el ataque, Sarada cayó completamente agotada el suelo. No sólo había alcanzado su límite, había ido más allá.

Estaba muy agitada y el color carmesí ya había abandonado sus ojos.

Naruto: Pues, eso sí que no estuvo nada mal.

El Nanadaime le extendió la mano a su alumna. Pero ella solo negó con el dedo, dando a entender que quería descansar en el suelo unos minutos.

Sarada: Es... la primera... vez... que logro... golpearlo... --- pese al extremo cansancio, se le notaba una pequeña sonrisa mientras señalaba el labio de naruto, el cual tenía un rasponsito a penas visible.

El Uzumaki le devolvió la sonrisa.

Naruto: Cada día eres más fuerte, Dattebayo. Creí que no te quedaba nada de fuerza y ese clon entre los arbustos con el futon preparado no me lo esperé para nada.

Boruto RaidenOnde as histórias ganham vida. Descobre agora