En el vibrante escenario nocturno de una glamurosa discoteca, se desarrolla un romance inesperado entre dos almas destinadas a colisionar.
Dos personas tan diferentes, pero a la vez tan iguales en busca de aquello que los haga sentir vivos y amados...
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Es necesario salir para soltar estrés y disfrutar, uno se lo merece después de hacerse cargo de todas las responsabilidades que tiene; Estilice mi rizado cabello para que quedara muy frondoso y entré los pies en mis zapatos de tacón transparente para salir y pedir un taxi ya que mi conductor de confianza no estaba disponible, en estos días el costo de transporte había subido bastante y eso implicaba más gastos, pero trataba de no preocuparme mucho ya que cuando comience a presentarme en el club conseguiría bastante dinero.
Mientras iba en el taxi admiraba la ciudad, siempre me ha gustado la vibra y el ambiente de este lugar, ver los edificios y las grandes luces en ocasiones me animaban y calmaban un poco mis pensamientos. La ciudad es hermosa, la verdad que no tenía planes de irme de aquí por un largo tiempo.
Al llegar al club unas luces en color rosa neón me dieron la bienvenida, "Apocalipsis", solo de ver el nombre sabía que dentro te podías encontrar con cualquier cosa y eso de alguna manera me gusta. Caminé hasta la entrada y me encontré con Cindy quien está hablando con el de seguridad muy animada.
Es un hombre alto y fornido con tatuajes en el brazo, trataba de mostrarse firme, pero a veces sonreía con la boca cerrada cada que Cindy le decía algo.
— ¡Llegaste! —Gritó y me abrazó cuando se dio cuenta de mi presencia—. Nos vamos a divertir como nunca, él es Marcus, es primo del dueño. Nos conocemos desde hace tiempo, esta es la amiga de la que te hablaba.
Salude al hombre quien hizo una reverencia y le dio una pequeña sonrisa por última vez a Cindy, nos permitió entrar a la disco y varias personas de la fila empezaron a quejarse, pero Marcus los hizo detenerse inmediatamente; desde que pusimos un pie dentro la música endulzo mis oídos y me dieron ganas inmensas de bailar, pero primero debíamos tomar algo así que nos acercamos a la barra para pedir unos tragos, Cindy decidió tomar Whisky y yo un Daiquiri.
El lugar es espacioso y tiene una pista de baile blanca con luces que alumbran desde abajo, es oscura pero las luces de láser que habían distribuidas por el establecimiento le dan una vibra bastante cómoda; me giré para tomar de mi Daiquiri y me percaté de que Cindy ya no estaba a mi lado, desvié mi mirada a todos los lugares hasta que la encontré en la pista de baile bailando sola y alocadamente como si nadie la estuviera mirando.
Sonreí por el simple hecho de que tengo a la mujer más loca y libre de todo el mundo como amiga; me cae demasiado bien, a mí me gusta bailar mucho y divertirme, pero no soy tan liberal como ella...aunque me gustaría serlo.
El club estaba lleno de personas, todos parecían divertirse al máximo. Tomaba tragos de mi bebida mientras bailaba en mi asiento y miraba la pista de baile, la verdad se veía increíble y ya me daban ganas de levantarme de mi asiento.
— ¿No sería mejor ir hasta allá?
Me gire para ver de dónde provenía esa voz y era el chico de la cafetería, tenía una camiseta blanca que reposaba fuera de su pantalón negro, se acercó un poco más a mi hasta quedar frente a frente. Este hombre no era mi tipo, pero tenía que admitir que se veía bastante bien.
