ᴀᴅɪᴠɪɴᴀ ǫᴜɪᴇɴ sᴏʏ

17

Óscar

Me comían por dentro los celos. ¿Que tenía él que no tuviera yo? ¿Dinero? ¿Ojos azules? ¿Un cochazo? Bah, eso no tenía nada que ver. Yo también podía tener todo lo que él tenía. Además, ella ya se llevaba bien conmigo, no me costaría nada ligar con ella si lo que quería era tenerla. Podría hacer que me amara. Estaba totalmente seguro de eso. Aunque sería echar toda mi amistad a perder con Lando, pero por una tía como ella...

Rihanna

Me di cuenta que estaba enamorándome de Lando. Ambos estábamos en la misma situación, me lo demostraba. Sus ojos lo decían todo. Me consentía cada dos por tres. Lo daba todo por mi. Y me había empezado a llevar mucho más con Óscar, hablábamos siempre. Era un buen amigo.

-Hola, bonita -dice con su tono irónico.

-Buenas.

-¿Y eso de que ayer no apareciste?

-Me dolía la cabeza.

-Sí, la cabeza, claro... -suelta Lando pasando por al lado, a lo que Óscar le pone una cara de asco con los ojos en blanco.

-Por dios...

-¿Cómo lo aguantas? Es insoportable.

-Porque quiero a Lando.

-No, si yo también, pero a veces es para mandarlo a la mierda...

-¡Mentira, me amas! -Lando tenía la oreja puesta mientras hablábamos de nuestras cosas.

-Que sí...

-Y bueno, ¿qué novedades hay a parte de que te ha recolocado el hígado?

-Nada -reí.

-Cojonudo.

-Sí, vaya.

-Yo bien, gracias por preguntar -rueda los ojos.

-Perdón...

-Nada, tranquila -se ríe-, tampoco es que haya hecho mucha cosa. Bueno, ganar -se gira para ver si Lando le ha oído, y ahí estaba, con cara de querer matarlo.

-Ni siquiera fue una carrera, fue un Sprint. Cierra la boca -gruñe el inglés.

-Venga, no os pongáis así.

-Es que me toca la polla que siempre esté sacando que ha ganado, ¿que quieres? ¿La atención que no te daban de pequeño?

-Lando.

-Yo por lo menos no tengo que ir refunfuñando por las esquinas quejándome de que no sé pilotar lo suficientemente rápido como para ganar a Max -el otro.

-Chicos.

-Uy, uy, uy... -se acercaron como dos carneros a punto de colisionar entre ellos-, te la estás ganando -Lando se encara.

-Venga, ya está bien -cojo a Lando del brazo y me lo llevo.

-Me saca de quicio, cada día lo aguanto menos. Además siempre yendo de majo contigo, se puede meter la lengua por donde no le da el sol -dice mientras se abrocha el mono-, mira, no quiero ser yo quien te lo diga, pero está ligando contigo. Y no soy el único que lo piensa.

-¿Y tú ves que yo le sigo el juego?

Se detiene a mirarme sin decir nada.

-Riri, no me gusta que te juntes con él. Me gustaría que le pidas que cambie si queréis seguir siendo amigos. Se preocupa de más y pregunta cosas que ni le importan ni deberían importarle. Me toca la moral.

-No te preocupes, anda.

-Es que encima va de majo, es para empotrarlo como un armario y que se quede su figura marcada en la pared como en los dibujos animados, te lo juro -me tuve que reír ante esa interpretación.