12

221 12 0
                                    

Rihanna

Había besado a Lando Norris. Sí, lo había hecho, y no me arrepentía de nada. Mi mejor amiga se volvería loca en cuanto se lo contara. Oí una alarma no muy claramente y posteriormente noté como una fuente de calor se separaba de mi.

-Perdón, se me olvidó apagarla -suspiró.

-No te preocupes.

Volvió a tumbarse conmigo y beso mis labios. Sonreí. Me parecía adorable.

-Tienes una sonrisa preciosa.

-Gracias... tú también.

-Hablé con mi jefe, dijeron que hay sitio para ti.

-Espera, ¿qué?

-Me dijiste que no querías estar sin hacer nada si venías conmigo, y te conseguí un puesto en el cuerpo de mecánicos.

-Joder, gracias.

-De nada -sonríe. Me comí esa sonrisa de un beso. Beso que él siguió incorporando su lengua al juego. Dios. Me subí a su regazo y él apoyó su espalda al cabecero, para así pegarme a él y sentirle. Madre mía, todo esto era nuevo para mí.

Sus manos se fueron directas a mi culo, dándole un apretón inesperado. Mis caderas comenzaron a moverse sobre Lando buscando fricción, y la fuerza de su agarre aumentó-. ¿Planeas volverme loco? -pregunta contra mi boca, con la respiración agitada.

-Nos estamos volviendo locos ambos.

-Puede -sonríe de lado.

Volví a rozarme contra él. Una ola de placer increíble me invadió por todo. Lo notaba duro debajo de mí, volví a moverme, lo vi morderse el labio ante mi acto. Le estaba gustando tanto como a mí. Se acerca de nuevo, esta vez a mi cuello, para besarlo y seguir tocando mi culo y más partes de mi cuerpo. Era todo increíble e intenso.

-Déjame tocarte -susurra para luego dejar otro beso húmedo en el cuello.

-... ¿Dónde?

-Hasta donde me permitas, no tocaré nada que tú no quieras que toque.

-Lando...

-¿Sí, bonita?

-Hazme lo que quieras, soy tuya.

-¿Tú sabes dónde te estás metiendo, Riri? -lamió dos dedos de su mano y esa se adentró en el pantalón que llevaba.

-No, la verdad.

-Se nota -sus dedos empezaron a hacer círculos en mi punto débil.

-Dios.

Volvió a besarme en los labios, devorándome poco a poco mientras uno de sus dedos entraba en mí con tranquilidad. Ni siquiera me había tocado mucho y ya estaba empapada.

Lando

Estar así con ella era algo que no quería que acabara nunca. Sus jadeos cada vez que mis dedos entraban y salían de ella hacían que mi miembro estuviera cada vez más necesitado, y lo tengo tan duro que empieza a doler. La quería hacer mía, aunque ella ya había dicho que era mía. Y lo sería en cuanto pudiera poseerla, estar dentro de ella y darle placer de la forma que se merece. Sus manos levantaron mi camiseta, que acabó saliendo volando por la habitación. Quería quitarle la suya también, y lo hice, pidiéndole permiso con la mirada. Obtuve un primer plano de sus pechos, que me quedé mirando maravillado unos segundos para luego acercarme a besar su cuello, y poco a poco ir bajando hasta ellos mientras ella jadeaba. Tenía la respiración acelerada y me daba tirones en el pelo, me encantaba esta chica.

ᴀᴅɪᴠɪɴᴀ ǫᴜɪᴇɴ sᴏʏWhere stories live. Discover now