Después de que Valeska muriera las sombras nunca más tuvieron un dueño al que pertenecer por lo que se volvieron incontrolables, atacaban a los aysirilianos con violencia, eran poseidos y asesinados por de la peor forma posible. 

Alkán sabía del poder maligno que tenían estas sombras y quería controlarlas, lo había intentado de muchas formas. Pero solo Valeska podía hacerlo y estaba muerta. Solo quedaba una última oportunidad y era encontrar a la hija de esta. Años atrás había ordenado a Sydai encontrarla, pero en vez de traerle una niña lo único que obtuvo fue un niño, Isyan. Y aunque al principio esto le molestó, pudo sacarle provecho. 

Pero el liche aún tenia en el pensamiento encontrarla y lo haría. 

—Mi señor —su soldado se inclinó ante él —.— ¿Cuáles son sus ordenes?

—Encontradla. 

—No podemos hacerlo. 

Alkán lo miró amenazante. 

—Llamaremos demasiado la atención en la Tierra. 

—Entonces envía a los humanos que tenemos presos a buscarla. Y más vale que la encuentren si no quieren que sus familias mueran. También envía a un escuadrón de soldados para iniciar un ataque sobre el campamento, no deben sospechar que estamos planeando algo. 

El liche se despidió con otra reverencia y se marchó para cumplir con su cometido. 

Alkán se quedó sumergido en la oscuridad, indagando en sus pensamientos. 

—Ella es la clave para vencer a los aysirilianos. Será interesante ver una lucha entre La Dama de la Luz y la hija de las sombras. Sí... muy interesante —terminó de hablar con una sonora carcajada. 

                                                                                             ☼

Sasha y Marcus se mantenían entrenando con sus espadas, la valqueria le llevaba la delantera, aunque el joven no se dejaba tan facilmente. 

—¿Cansado? —preguntó la valquiria entre risas. 

—No, por qué, tu sí? 

Marcus hizo que la joven se cayera, pero él también perdió el equilibrio y ambos rodaron por la hierva. Sasha se reía a carcajadas, se estaba divirtiendo, y era algo que no iba mal en estos tiempos tan duros. 

El joven se quedó embobado con la sonrisa de esta, se abalanzó hacia ella y antes de besarla, la miró con dulzura a los ojos, en ellos vio como Sasha también lo deseaba, y no dudó más, la besó con cariño. 

Para Marcus — la valquiria se levantó con rapidez.

—¿Qué ocurre? Pensaba que también lo querías. 

—No es eso. 

Sasha le dio la espalda e iba a marcharse, pero Marcus la detuvo. 

—¿Entonces?

—No quiero enamorarme.

—¿Por qué? 

—Porque no y ya está. 

La joven se soltó de su agarre e iba a marcharse. 

—Se supone que eres una valquieria, y las valquirias no son unas cobardes. 

—Sí tal vez sea eso. Tal vez tenga miedo. 

— Pero miedo a qué? 

—A perderte, a perderme... Mira a Anatani, perdió a Edgar, su amor no les sirvió de nada, solo para sufrir. O fijate en Sara y David, aunque ambos estén vivos no pueden estar juntos por más que lo deseen. Seguro que ahora mismo David ya es el mismo que era antes, y nunca más podrá a acercarse a Sara. 

AYSIRIAL, LA DAMA DE LA LUZ ©Where stories live. Discover now