-Sí, tienes razón. Pero hablaremos de esto después del desayuno.

-Estaré encantado de hacerlo.

Taehyung le sonrió una última vez antes de inclinarse sobre él.
Besando sus labios de una forma tan dulce y suave que se quedó corto de aliento de inmediato. Sonrió una vez que el contacto fue cortado, admirando desde su lugar en la cama cómo Taehyung salía de la habitación.

Una vez que el más alto no estuvo más, Jimin se permitió reaccionar cuál colegiada enamorada, Jeonghan probablemente estaría burlándose de su reacción.
Pero es que no era para menos, acababa de tener el mejor y más alucinante sexo con el chico que había perseguido por más de medio año.
Y no solo era el sexo, era todo lo que Taehyung le hacía sentir.

Esa seguridad, el amor que desprendía, la calidez y lo más cercano a la palabra hogar que Jimin podía percibir en cada una de sus acciones.
Joder, estaba tan enamorado de ese chico, tan perdidamente enamorado que no le cabía en el pecho la emoción. Quería abrazarlo, asfixiarlo de amor y dejarle en claro que no lo dejaría ir a ningún lado, que ahora le pertenecía y que no había forma de deshacerse de él.

Sin embargo, seguía presente ese miedo latente a no ser lo suficientemente bueno para él.
Porque bien le había quedado claro, Taehyung era demasiado bueno para alguien como él.

Taehyung podría tener una personalidad pervertida, sin embargo, no tenía un pasado asqueroso del que avergonzarse. No había tocado fondo de la forma en la que él lo había hecho, y sin dudas Jimin no quería arrastrarlo a tal miseria.
Estaba aterrado a decir verdad.

El pasado nunca muere, Mingyu se lo había dicho el último día que estuvo en aquel club. Y no lo había tomado en cuenta, jamás le había interesado lo que otros pudieran pensar de él, pero Taehyung... Taehyung era diferente.

Quería hacer las cosas bien con él. Quería empezar desde cero, pero sabía y comprendía que si quería hacer aquello, debía contarle a Taehyung sobre lo que había vivido.
Ponerlo al tanto y que si en el futuro los rumores llegaban, porque lo harían, la sorpresa no fuese tan grande.

Soltó un suspiro y se armó de valor, levantándose de la cama para darse una ducha rápida y pronto bajar al comedor.
El olor de lo que parecía ser algún estofado le hizo gruñir el estómago. Sonrió levemente y caminó con pasos letargados hasta llegar a la cocina.
Observó la espalda de Taehyung, desnuda mientras se enfocaba en servir una generosa porción de estofado en un plato que pronto fue dejado cuidadosamente sobre la mesa.
Jimin sonrió en cuanto sus ojos se encontraron y caminó nuevamente hasta estar a un lado suyo.

-Te dije que pidieras algo a domicilio -se quejó.

-¿Acaso no te gusta?

-Claro que me gusta, pero no quería hacerte trabajar.

-Trabajé más anoche -Taehyung murmuró juguetonamente mientras le tomaba por la cintura y le atraía hacia él, bajando rápidamente sus manos hacia su trasero.

Jimin rio y se sujetó de su cuello para besar dulcemente una de sus mejillas antes de comenzar a jugar con sus cabellos. Adorando la forma en la que Taehyung cerró sus ojos y se dejó mimar, como si fuese un pequeño niño en busca de ser consentido.

-Para, aún para alguien como yo es agotador -susurró en cuanto Taehyung intentó meter sus manos dentro de sus pantalones.

Con un sonido de queja Taehyung finalmente le soltó. Se alejó unos cuantos centímetros de Jimin, viéndole con una preciosa sonrisa y los ojos adormilados.

-Te ves precioso -declaró.

El sonrojo cubrió de manera rápida las mejillas de Jimin. Sus orejas se calentaron y tuvo que desviar la mirada cuando una sonrisa atontada apareció en sus labios.
Escuchó una risita burlona de parte de Taehyung y pronto le encaró para darle un pequeño golpe en el pecho.

It's not what it seems •kth+pjm•Where stories live. Discover now