III

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Esta vez la presencia de Taehyung iluminó el día de Jimin exactamente a las siete de la mañana.
El castaño había creído que ese día le visitaría como de costumbre, pues sus visitas eran recurrentemente por las cerca de las diez de la mañana, justo antes de entrar a la universidad. Lo había estado esperando como siempre, incluso había puesto especial atención en su ropa de ese día, también en su maquillaje.
Jeonghan acababa de comprar una paleta de sombras con colores pastel vomitivos a los ojos de Jimin, así que se tan pronto como habían llegado le pidió ayuda para lucir más bonito ese día.

Claramente tuvo que prometerle que le compraría stickers de repuesto, el pelinegro había hecho casi un berrinche por tener que estarle compartiendo de sus cosas.

Justo ahora se encontraba limpiando la última mesa, sintiendo la fija mirada de Taehyung detrás de él. Se mordió el labio inferior y se inclinó más de lo necesario, buscando colocarse en una posición que pudiera atraer aún más la atención del más alto, cosa que funcionó pues inmediatamente logró escuchar un suspiro.

Ahora estaba más que seguro de que le atraía a Taehyung. Habían pasado dos semanas desde la vez que Taehyung apareció en la cafetería con Seungcheol y ellos le invitaron al festival. Día en el que había intercambiado número de celular con el más alto, y aunque había creído que simplemente le ignoraría, los mensajes comenzaron a llegar esa misma noche.
Conocía más sobre Taehyung en esos momentos de los que pudo haber aprendido en los seis meses que el pelinegro llevaba yendo a visitar la cafetería.

Era un buen conversador y sabía cómo mantenerlo interesado, aunque siendo sincero no tenía que poner demasiado esfuerzo.
Sus pláticas iban desde gustos en comida hasta aspiraciones a futuro, y claro, de vez en cuando, Taehyung dejaba entrever ciertas insinuaciones con connotación sexual, siempre muy sutiles.
Jimin claro que las había captado desde el inicio, y aunque al inicio respondía con timidez, poco a poco fue respondiendo a su manera.

Terminó de limpiar la última mesa y se giró sobre sus talones, observó fijamente a Taehyung y le regaló una sonrisa de lado que fue respondida de la misma manera junto con un pequeño guiño que le hizo derretirse.
Pronto Taehyung se levantó de su lugar en la mesa, se colgó la mochila en un solo hombro y caminó hacia él.
Una vez a escasos centímetros de él, el pelinegro le escaneó de pies a cabeza haciéndole tragar saliva ante la forma en la que sus ojos parecían estarle desnudando.

—Creí que no vendrías hoy, o al menos no tan temprano  —Jimin murmuró, empujando suavemente el hombro del más alto—, dormiste demasiado tarde.

Taehyung soltó una risa por demás atractiva que logró que sus piernas temblaran de tal manera que tuvo que sostenerse de una de las sillas cerca de él. Dios, como ansiaba tener ese cuerpo encima suyo mientras se burlaba de él y le llamaba de formas denigrantes para jugar a su gusto con su cuerpo, de solo imaginarlo se le erizaba la piel.

—Podría decir lo mismo de ti —Taehyung respondió en un tono juguetón.

—Tengo que trabajar, Jeonghan no me permitiría faltar.

Taehyung asintió, comprendiendo sus motivos y dando miradas hacia la cocina, riendo cuando divisó a Jeonghan aún tallando los platos.
Se volvió hacia Jimin y le corrió un mechón de cabello, colocándoselo detrás de la oreja.
Jimin tembló ante el contacto y él sonrió de tal manera que los ojos del castaño brillaron.

Era evidente la tensión, había existido desde siempre, pero al parecer había aumentado en gran medida una vez que empezaron a hablar día y noche. Jimin estaba feliz con eso, pero se le hacía cada vez más difícil mantener esa fachada.

—La universidad y un equipo bastante desastroso que cuidar no me permitiría a mí faltar —se quejó.

Jimin asintió, no pudiendo evitar que una de sus manos se estirara hasta tomar a Taehyung de la camiseta, jugueteando con ella de forma inocente, teniendo que ocultar su risa cuando notó cómo la respiración de Taehyung parecía quedar estancada en sus pulmones.
Adoraba las reacciones que tenía el pelinegro a sus toques, lucía nervioso, lo que le dificultaba aún más el teatro que estaba haciendo.

It's not what it seems •kth+pjm•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora