Así los conocí asi me enamore

Parte 5 EMILY KEVIN

EMILY

Tal como prometí cuando corte con Ibrahim, me dedicaría a ir dando pequeños pasos para hacer realidad mi sueño, y compartir tiempo con mis padres y amigas. Lo cierto es que los días se hicieron semanas y estos meses, y cuando me di cuenta estaba cumpliendo veinte años. Caía viernes así que decidí que me tomaría el día para almorzar con mis padres, y al otro día lo celebraría con todos mis amigos. Lo cierto es que la noche del viernes, decidí salir a cenar yo sola. Tenía poco de haber empezado a disfrutar de la picada (8suhi y arrolladitos primavera entre otras cosas) y por supuesto acompañado de coca cola (mi vicio número uno) cuando así aparentemente de la nada...

-¿Podemos acompañarte?. Me di vuelta... para quedar sin aliento al ver a un precioso ojinegro, de pelo y barba castaña, y uno no menos hermoso ojigris rubio (más o menos según cuanta luz le diera), en ambos casos como de 1,80 metros o así. Los mire frunciendo el ceño. –Sorry pero no hablo con desconocidos. Así que les voy a pedir que se vayan por donde vinieron. Sin más me volví a concentrar en mi cena y la revista de crucigramas. Lo que no sabía, era que ni mucho menos era la última vez que vería a ese par, ni lo mucho que terminarían por cambiar mi vida.

 KEVIN

En ese momento no supe explicarlo, pero desde el primer momento que vi a Luca, sentí una conexión como no había sentido siquiera con Jerry. Pero contare como fue. Tenía quizás dos meses de haber viajado a California. Momentáneamente me alojaría en un hotel. Lo cierto es que después de tomarme tres días, me anote en la que según se decía, era la mejor escuela de peluquería del país (your hair your dream) (tu cabello tu sueño) y compre los uniformes (decidí llevar tres pues mejor mas que menos) y renovar mi guardarropa. Aún faltaba casi un mes para empezar las clases, así que me dedique a conocer la ciudad. Uno de esos rarísimos días en los que andaba de bajón (anímico) estaba en una plaza parcialmente borracho. La verdad es que no era algo habitual en mí, y llego el momento en no aguante más, y largue todo por la boca. La cosa fue tan fuerte que creía que me moría ahí mismo. ¿En serio ese sería el patético final de mi corta vida?. 

KEVIN