SEVEN

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{Accident...}

Despertó con un horrible dolor de cabeza al igual en el de sus caderas, no recordaba demasiado de la noche anterior alcohol, música, ¿Una pelea? El alcohol le estaba cobrando caro.

Si eso no fuera suficiente no estaba en su habitación y no tenía su ropa, se sentó en su cama hasta que el punzante dolor en su espalda baja lo detuvo en un momento, ahora se estaba preocupando.

Escuchó un quejido a su lado además de una mano agarrar su cadera y aferrarse a él, rezando a todos los dioses posibles que aparecieran en su cabeza, dio la vuelta mirando a la persona a su lado...

—...Yo-¡¿Yoriichi!?—Dio un brincó hacia atrás terminando en el suelo frío de la habitación, esperaba que su grito no haya despertado al pelirrojo.

Miro a sus lados mirando sus prendas y las de yoriichi, sus piernas le dolían, dudaba que apenas pudiera levantarse, además sentía su entrada mojada. Dio sus suspiro pesado además de tembloroso tomo su ropa y se levantó del suelo, fue al baño del lugar tratando de no hacer demasiado ruido.

Entró al baño y se miro al espejo. Ahora mismo se sentía como un completo estúpido, Sus labios estaban rojos e hinchados, su cuello y nuca tenía marcas. Esa escena de si mismo le daba tanto asco, le recordaba al pasado.
Lo más rápido que pudo se vistió y se lavo la cara y salió del baño, ahí estaba yoriichi recostado en la cama, estaba profundamente dormido Sumiyoshi lo observó por unos segundos, se sentía como un idiota, se dejó llevar por el alcohol, su cuerpo tembló con solo imaginar lo que había pasado esa noche.

Abandono la habitación, el pasillo estaba llenó de personas en el suelo dormidos, camino con el sumo cuidado de no pisar a alguien en el proceso, una vez logro llegar a la puerta respiró profundo y salió del lugar, tenía una gran necesidad de ir a su casa y darse una larga ducha. Se sentía sucio.

El camino hacia su casa fue horrible, sentía la ansiedad sobre él, se sentía de nuevo como un adolescente inmaduro que se dejó llevar por un supuesto amor. Rascó su brazo con ansiedad mientras seguía el camino hacia su casa, su vista centrada en el suelo.

—¡Fíjate!— Se quejó el hombre con el cual habia tropezado.

—¡Lo lamento mucho!—Se disculpó rápidamente y siguió su camino.

Sabía realmente donde estaba, su mente estaba nublada pero su consciencia ahí estaba, entro a la farmacia con la espalda encorvaba se sentía realmente juzgado, la marca de su cuello le ardía. La marca que lo delataba como doncel ante los ojos de todos.

Busco entre los estantes lo que necesitaba, al no encontrarlo no tenía que otra opción que preguntar a la cajera del lugar. Se acercó a pasos temblorosos mientras miraba al suelo.

—Buenos días, ¿En qué puedo ayudarlo?— Preguntó la joven de cabellos azabaches y broche de mariposa con una media sonrisa.

—Bueno...—Tragó saliva, hace cuatro años no preguntaba tal cosa. —Podria darme..—Se calló de nuevo mirando con vergüenza al suelo.

—No tiene de que avergonzarse, aquí nadie lo juzgará—Dijo calmada.

—Podria darme unos...Anticonceptivos...

{°×°}

Juraba por todos los santos que el calor que había hace algunos momentos a su lado se había disipado por completo, movió su brazo con flojera buscando el calor y al no encontrarlo no tuvo más remedio que abrir los ojos. Le dolía la cabeza como el diablo además de que sentía que le ardía la espalda.

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⏰ Last updated: Mar 15 ⏰

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recuerdos del ayer |Yoriisumi|Where stories live. Discover now