TWO

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❛.Aún recuerdo tú dulce y cálida sonrisa, encontrarte de nuevo en esta vida pueda ser quizá sea un presagio tal vez al final mi vida no se base en una profunda soledad y agonía eterna ❛.

≧﹏

Los rayos del sol llegaban a impactar el rostro de yoriichi haciendo que despertara de su leve sueño, bostezó profundamente mirando a su alrededor con extrañeza, estaba en su casa pero bueno ¿En que tenía la cabeza que nisiquiera recordaba en donde estaba? Bueno se levantó del 'comodo' sofá y tomo su teléfono viendo que eran las 9:00 am exactamente, se le hizo tarde para el trabajo.

Yoriichi gimió y se levantó del sofá, subió al segundo piso y se dio una rápida ducha, se vistió tan rápido como pudo y salió de su departamento con un ánimo tan pésimo como si fuera un lunes en la mañana.

Entro al lugar sin mirar a nadie, además de ya verse imponente por ser tan alto imagina ahora que pareciera que pudiera decapitar 100 niños en un día.

-¡Yoriichi-san!- uta se acercó tranquilamente hacia a él con algunos papeles en mano.

-¿necesitas algo uta?- el mayor respondió sin deter su paso y mirando absolutamente nada más que al frente.

Uta se interpuso en frente del camino del mayor él cual se exaltó por la repentina acción, la menor puso los papeles en su boca y acomodo la corbata de yoriichi.

-¡listo!-

Uta puso los papeles de nuevo en sus manos y miro con una sonrisa a yoriichi.

-No tenías por que hacerlo- yoriichi dijo con la mirada seria.

-Nah no es nada somos amigos después de todo- uta sonrió tranquilamente mientras le daba unas palmaditas en el hombro a yoriichi -¡ten buen día Yoriichi!- sin mucho más por decir la mujer siguió su paso hasta llegar al ascensor.

-Por cierto uta- el mayor llamo deteniendo el paso de uta para poder mirarlo- ¿Podrías traerme un café?-

-¿Café puro y cargado verdad?-

El más alto asintió sin decir alguna palabra, uta por otro lado asintió con una sonrisa y siguió su camino de nuevo.

Yoriichi dio un suspiro y entro a su oficina a terminar con el inmenso papeleo que dejó pendiente.

|✷〃|

En algún lugar no muy lejano se encontraba cierto pelirrojo con el estrés y el cansancio hasta en los huesos, bueno atender a varios clientes que llegaban a discriminar lo por ser doncel no era algo muy bonito que digamos.

Lo positivo para él es que había recibido un leve aumento por su esfuerzo no era demasiado pero el dinero en verdad le vendría bien.

¡Ring! Resonó la pequeña campana indicando que alguien había entrado por la puerta, sumiyoshi tomo rápidamente una libreto y bolígrafo y fue a atender al o a la cliente.

-Buenos días! Que puedo ofrecerle- sumiyoshi con su característica sonrisa mirando a la mujer

-Uh si un café puro y cargado...si no es mucho pedir- la de ojos obsidiana dijo con una sonrisa mirando a el burdeo.

recuerdos del ayer |Yoriisumi|Where stories live. Discover now