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Jeon Jungkook era un tirano.

Al menos de ello estaba convencido Yoongi mientras que miraba el desorden poco apetitoso en su plato.

—No voy a comer esto. —renegó, empujando la comida. —Devuélveme mi hot dog. — para ser honesto, no es que tuviera tanta hambre; sólo buscaba un medio para fastidiarlo.

—No. —sentenció Jungkook, ignorando su puchero infantil.—Comes demasiada comida chatarra.

—Porque es lo que me gusta..—insistió, con la irritación filtrándose por sus poros. No era un niño para que estuvieran controlando lo que comía. —. Un hot dog no me va a matar, don amargado.

—Un hot dog no, pero Yoojung me dijo que todo lo que comes es comida rápida y dulces.

Yoongi levantó la barbilla ligeramente.

—¿Y qué? Soy joven, tengo un metabolismo rápido. Entreno todos los días… o más bien, solía hacerlo.

—Me lo agradecerás cuando no seas tan joven. —afirmó. —Una cuota regular de comida chatarra puede hacer más que aumentar tus niveles de colesterol y presión arterial. La carne procesada incrementa el riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer. En realidad, comer un hot dog todos los días puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal en un 20%...

—Me siento tan mal por tu novia, pobre mujer... —ignoro su discurso nutricional. —Casarse con semejante viejo aburrido.

—Supongo que es una diferencia de opiniones. —dijo Jungkook, con los ojos brillantes por la diversión. —Irene me dijo hace una semana que se consideraba la mujer más afortunada del mundo…

—Ella te mintió, claramente. —rodó los ojos, apuñalando el desorden en su plato con el tenedor. —Y te odio, por cierto.

—No estoy aquí para convertirme en tu mejor amigo. —contestó, con indiferencia. —Ahora come, niño.

El castaño frunció el ceño profundamente y se dispuso a comer.

• • •

Tres días después, Yoongi irrumpió en la oficina del médico de su equipo.  —Quiero que lo despidas. —exigió, de brazos cruzados.

El Dr. Han Jeonghan levantó los ojos de su computadora.

A pesar de su enojo, el menor no pudo evitar admirar la vista un poco, como hacía siempre. Con sus oscuros ojos, cabello largo y sedoso y la estructura ósea perfecta, Han Jeonghan era sin duda el hombre más guapo que había visto en su vida. Pero apuesto o no, todo era culpa suya. Era el quien había contratado al idiota de Jeon.

—¿Qué estás haciendo aquí? —inquirió el hombre. —¿Todavía te duele al caminar?

—Sí, pero…

—Entonces se supone que debes estar descansando. —indicó. — La regla general del pulgar es que si una actividad te trae algún tipo de dolor o molestia, dejes de hacerla inmediatamente.

—Eso es lo que dijo él también. —se quejó, aún más irritado. —Quiero que te deshagas de ese señor.

Reclinándose hacia atrás, el contrario le dedicó una mirada paciente. —¿Asumo que estás hablando sobre tu nuevo fisioterapeuta?

—¿Quien más? —refunfuñó. — Quiero que lo corras ahora mismo. No lo soporto más.

—¿Por qué?

Yoongi metió las manos en los bolsillos, con sus ojos color avellana fijos en el suelo. Realmente tuvo que morderse la lengua para evitar ponerle apodos despectivos a Jeon. Al contrario de lo que pensaba este, él no era un bebé. De hecho, odiaba lo infantil e impulsivo que el mayor lo hacía sentir.

IRRESISTIBLE - KOOKGIWhere stories live. Discover now