33

144 13 23
                                    

Sam:

—Deberíamos de hablar más de nosotros, es decir quiero contarte cosas sobre...

—No hay necesidad de ser genuinos aún. —Seguimos con nuestro paso. —No tengo prisa por conocer todo el concepto o si es que la palabra es atractiva.

Y esas palabras fueron como una pequeña droga.

Nos detuvimos en medio de aquel estacionamiento y me miró por completo maravillado. Era interesante y agradable hablar con alguien solamente por el gusto y no por la calidad de la conversación.

—Me pones todo muy complicado, Sam. —Hizo que su brazo se alejara de mis manos. —Me gusta el concepto simple de Sami. No quiero saber el concepto profundo, por el momento este concepto es muy agradable.

Sonreí y simplemente suspire, estaba perdida.

Sonreí y simplemente suspire, estaba perdida

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Enzo:

—¿Qué película vemos?

Había entrado a darme un baño y al salir Sam ya había hecho el sofá en cama, acomodado cobijas y almohadas al alrededor, había palomitas y algunas latas de refresco.

—¿Cuanto tiempo tardaste en esto?

—No mucho, ¿quieres elegir tu?

—Escoge tu.

—Bien, ¿te gustan las románticas?

—Algo.

—Bueno.

Se recostó a mi lado y comenzamos a ver la película, ambos estábamos atentos, creo más Sam que yo sinceramente, pero lo entendía, tenía colores llamativos y la historia de los personajes era buena.

Me comenzaba a gustar el hecho de que la animación fuera tranquila y con colores cálidos, me gustaba el ambiente que había y la lluvia de fondo ayudaba mucho.

—Enzo, ¿tu ya sabes a qué te quieres hacer en un futuro?

—Mm, es muy buena pregunta. —tome un par de palomitas. —He pensado en seguir trabajando en teatro y cine, probablemente hacer mas proyectos o escribir un libro, aunque no estoy seguro de eso último.

—Eso suena genial, al menos tienes una buena visión de lo que quieres en tu plan de vida.

—No del todo, pero creo que desde niño he estado encaminado a los mismos rumbos, siempre ha sido diferente para mí en varios ámbitos pero, supongo que sabes lo que quieres cuando entras a la secundaria. —tome otro puño de palomitas y las pase sin casi masticar. —¿Tu ya sabes que vas a hacer después de esto?

—No lo sé es solo que, la música me gusta y también me gustaría seguir escribiendo los guiones o editando libros, pero realmente no lo se, hay muchas cosas que pudiera hacer pero, no estoy segura.

—¿Por qué no simplemente haces ambos? Eres buena en tu trabajo y tienes la capacidad para hacerlo, simplemente hazlo, nada te lo impide.

—Creo que no podría, por qué tiendo a dar todo de mi cuando realmente quiero algo pero no sé si quiero seguir editando libros.

—¿Ya no te gusta hacerlo?

—No, para nada es eso, es solo que. —me acomode a su lado y me recosté en su hombro. —No siempre debería de dedicarme a la música, debo de tener más opciones, ¿no crees? aunque bueno, al menos es lo que me dijeron una vez, no me gusta contar mis problemas porque siento que soy una molestia, lamento aburrirte y abrumar con mis pensamientos.

—Hey. —la abrace, haciendo que se recostara en mi pecho. —Siempre estaré aquí para ti Sami. —acomode su cabello y comencé a dejar caricias en su brazo y espalda —Puedes contar conmigo en lo que necesites, si vamos a comenzar algo juntos, me encantaría escucharte y apoyarte en todo.

Ambos nos miramos por primera vez frente a frente, tan cerca que nuestras respiraciones se mezclaban entre si.

—¿Por qué Enzo?

—¿Ah?

Su pregunta me desubicó por completo, así que simplemente me brindo una sonrisa.

—¿Por qué involucrarse sentimental y mental-mente con alguien como yo?

—Porque estoy aquí para llenarte, Sam y espero poder llenarte al máximo con entusiasmo y energía radiante porque aunque parece poco tiempo, ya eres alguien bastante importante para mí así que no te sientas mal por favor.

—Eso es algo que nadie había hecho nunca.

—¿Apoyarte?

—No, el decir que estarían siempre para mi, gracias Enzo.

—No hay nada que agradecer, Mimi. —deje un beso en su cabeza y sonreí.

Amaba tenerla así de cerca y que compartiéramos estos momentos juntos.

—Vamos a casarnos.

Solté una carcajada que solo la hizo sonreír al mirarme reír de aquella forma.

—De acuerdo, vamos. Pero, ¿no te gustaría descansar un poco antes de hablar sobre matrimonio? Planear cosas serias estando muy cansado no es bueno para tu salud mental. —sonreí. —Podemos hablar con tu abuelo y pedirle tu mano si es lo que quieres, compraré un anillo con un gran diamante en el centro.

Aunque si fuera con Sam, me casaría incluso si fuera con anillos hechos de papel.

Me limitó a mirarla solamente y asintió con la cabeza, después de eso ambos regresamos la vista hacia la película y Sam nunca se quito de mi agarre, nunca se movió y simplemente se acurrucó en mi pecho.

El calor que me brindaba su cuerpo, en conjunto con el aroma familiar que me brindaba ella, junto a lo cansado y dolorido que estaba mi cuerpo después de tanto ensayar, estaban dando como resultado que poco a poco me diera sueño.

—Tomara un tiempo en que yo hable de algo más personal, pero créeme que quiero hacerlo, hablar con alguien de cosas que no puedo hablar con alguien más, porque de alguna forma, me siento tranquila contigo y no existen esas dichosas mariposas en mi estómago cuando estamos cerca. —hablo de la nada.

—¿No te pones nerviosa cuando estoy contigo?

—Si, pero no por que me ponga nerviosa tu presencia, si no que hay unas cosas que haces que me ponen nerviosa, cómo cuando creas una tensión algo rara entre ambos.

—¿Crees que eso hago?

—Probablemente, ¿hay alguna razón para eso?

—Tal vez sea que tú me pones todo muy complicado Sami, ya te lo dije, no quiero saber aún el concepto complejo porque el concepto simple me es cómodo ahora.

—En ese caso, tienes permiso de conocerlo poco a poco.

—Tu eres como una mariposa, que llega y te pone todo patas para arriba y después se va, pero yo quisiera, realmente quisiera acompañarte en tu vuelo. —le mire y estaba mordiendo su labio, mientras un color carmesí se posaba en sus mejillas.

—Vas a hacer que entre en paro.

—Soy bueno dando rcp.

Se escondió debajo de las cobijas mientras me reía de ella y su reciente timidez, el último recuerdo que tengo de esa noche, es haber abrazado a Sam mientras escuchaba como la lluvia seguía cayendo y las voces de aquella película de fondo, pero caí ante la tentación de dormir junto a Sam, antes de ver el desenlace de la historia que se proyectaba en la televisión.

don't bladme | enzo vongricicWhere stories live. Discover now