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Ya casi había pasado un año desde que Harry se fue de la casa Potter y se convirtió en Lord Pendragon.

En este tiempo Harry y Daphne siguieron entrenando y ya eran espadachines amateur aunque Harry seguía lejos de ser digno de blandir Excalibur, además Harry había estado practicando duelo de varita sector en el que destacó y Daphne al no tener la suerte de contar con una varita se centro en las pociones, su hobby favorito.

El periódico "el condado" tomo súbita popularidad y Harry ofreció a Cleo ayuda para la gestión a cambio de dividendos y está acepto gustosa.

En el wizengamot Harry fue soltándose convirtiéndose en un miembro respetado a pesar de su corta edad.

Era treinta y uno de Julio, Harry se despertó y como cada día se ducho y se vistió para bajar a preparar el desayuno.

Sin embargo cuando bajo encontró a Dobby con un sombrero de cumpleaños un matasuegras y un  pastel de cumpleaños, después de posar el pastel y el matasuegras en la mesa dijo —¡Feliz cumpleaños maestro Harry!— el mago agradeció a su elfo doméstico y insistió en que comiera un trozo de del Pastel que el mismo hizo.

Para bajar el desayuno fue a practicar sus habilidades de duelo sin espada pues temía las consecuencias si se adelantaba a su prometida, eso estuvo haciendo hasta las once cuando fue con ayuda de Dobby al callejón Diagon pues a pesar de que ya sabia aparecerse la aparición magica era muy limitada en comparación a la elfica aunque aparentemente esto no era un problema para Merlín.

Harry comenzó a caminar en dirección al callejón Diagon, llevaba puesto su hechizo de Glamour para que nadie le reconociera nadie excepto una rubia con la que hizo contacto visual de forma natural.

—¡Harry!— con ese grito los jóvenes comprometidos se fundieron en un abrazo mientras Ofelia se acercaba sonriente.

—¿Tom y Tori no vienen?— pregunto Harry al ver solo a Daphne y su madre y Ofelia respondió —Tom tiene que resolver algunos asuntos familiares y Astoria digamos que no le hacia mucha gracia que su hermana pudiera tener una varita y ella no— Harry rio eso era muy típico de Tori.

—Bueno a que esperamos, vamos a Ollivander— dijo Daphne impaciente para la diversión de su madre y su prometido.

Ofelia le entregó a Daphne una bolsa de oro y dijo —despues ir a la tienda de túnicas, yo voy a por vuestros libros— Harry sacó su monedero dispuesto a darle a Ofelia el dinero para sus libros pero la bruja desapareció entre el bullicio de las calles.

Harry se resigno y fue a la tienda de Ollivander junto a Daphne, la tienda era amplia y antigua con las paredes cubiertas de varitas que esperaban a su mago o bruja indicado y entonces el viejo fabricante de varitas apareció tras el mostrador.

—Estaba esperando su visita Señorita Grengass y...— Harry sonrió y dijo —no necesitaré una varita señor— Ollivander asintió e hizo un gesto para que Daphne se acercará, la bruja no dudo en hacerlo.

—¿Brazo de la varita?— pregunto el maestro mientras contemplaba a Daphne como solo Harry lo había hecho antes —diestro— respondió y la rubia y Harry entonces habló —pruebe con pelo de unicornio—.

Ollivander arqueo la ceja pero después fue a su trastienda volviendo poco después con una varita que puso frente a Daphne —madera de Vid, 25cm, elástica, pelo de cola de unicornio— Daphne la tomó y la punta de la varita brillo débilmente asi que fue descartada.

Varias varitas pasaron por las manos de Daphne algunas con mejores resultados pero ninguna decisiva asta que Ollivander puso sobre la mesa una que llamo su atención inmediatamente.

El Heredero De Merlín (Remaster)Where stories live. Discover now