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ᴄᴏʟɪʙʀɪ

Si un colibrí se acerca a una persona o la mira, es porque esta necesita sanar y liberar. 

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—¡Caín corre! —grito el soberano ya en la puerta a punto de salir.

—Llevo regalos para Charlie, también decoración para su hotel, ojalá le gusten. —hablaba mientras bajaba con rapidez las escaleras. 

Lucifer lo agarro del brazo y los llevo a las afueras del hotel. 

—¿Listo papá?

—¡Más que listo! 

Lucifer y Caín se habían acercado a la puerta viendo los detalles del hotel. 

—¿Ese es un teledirigible? —señalo Caín al lado del hotel, —Hace años que no veo uno. 

—Tal vez te dejen husmear adentro. —camino con paso tranquilo, viendo a Caín que celebraba con entusiasmo. 

Al acercarse lo suficiente, los dos se miraron y asintieron con determinación. 

—Si se puede. —susurró Caín con entusiasmo, haciendo que su padre soltara un suspiro. 

Antes de que tocaran la puerta, esta se abrió repentinamente, —¡Charlie! —gritaron los dos antes de abrazarla con fuerza. 

—Hola, pa, —se escuchó un leve sonido mientras Lucifer la apachurraba más, —Caín. 

—Estoy tan contento de verte. —hablo mientras seguían en ese abrazo. 

—Mi querida hermana, qué feliz estoy de verte otra vez. —hablo Caín, que ya se había separado y veía todo detrás de Lucifer. 

—Me alegra verlos a los dos también. —hablo con dificultad para luego agarrar una bocanada de aire cuando fue soltada por su padre. 

Carraspeo la garganta levemente, —
—¡Bienvenidos al Hazbin Hotel! -
—confeti fue lanzado a los lados después de decir eso, Charlie sonreía un poco incómoda. 

Keekee se frotó en la pierna de Lucifer y este se agachó a acariciarlo, —¿Cómo está mi gordito Keekee?

El pequeño gato después de eso trepo a los hombros de Caín mientras este lo acariciaba. 

—¡Razzle, Dazzle! —saludo con alegría a unas de sus mejores creaciones, —¡Qué chiquitos están! Siguen sin pegar el estirón, —se agachó para tener su cara junto a las de ellos, —¿Díganme están cuidando a mi pequeñita? Más les vale. 

—Hola pequeños. —saludo Caín después de que Razzle y Dazzle le hicieran cariños a Lucifer. 

—¡Wow! Este hotel está... —una mueca salió de su boca mirando a una pecadora sostener una bandeja de galletas, —Ajá, esta... Interesante, tiene mucha personalidad. 

Volteaba a ver cada rincón de este, mientras que otro invitado comía de las galletas que ofrecían. 

—¡Carajo! —grito Lucifer asustando a todos los presentes, —Pero, ¿qué demonios es eso? —señaló un bar que no estaba ni del mismo color que las paredes.

Caín se movió al lado de su papá y le ofreció galletas, Lucifer solo movió la mano dando una negativa todavía conmocionado. 

—Es parte de las reformas que hicimos. —hablo un demonio rojo desconocido para Lucifer y Caín, —
—Faltaba un poco de color, ¿no creen?