CAPÍTULO 4: MIEDO

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Lyria

No podía moverme.

Mi vista está clavada delante mío.

Clavada en esas letras.

Oí pasos detrás mío, pero no me volteé a ver.

No podía.

El miedo me paralizó por completo.

– Lyria –Me llamó una voz, pero estaba demasiado aturdida como para identificar de quién era esa voz – ¿Que pasó?

– ¿Lyria?–Volvió a llamar la misma voz de antes.

No respondí.

–¿Estás bien?– Preguntó.

Luego, silencio.

– Mira allí – Está vez lo que dijo la voz no parecía decirme lo a mí, sino a alguien más.

Silencio.

Es allí cuando reaccioné.

Me di la vuelta y vi a mis dos mejores amigas paradas allí.

–¿Quién ha escrito esto? – Preguntó Eva sin apartar la vista de esas letras.

– La pregunta sería cómo entró – Dijo Dana mirando a todos los lados – Debe estar cerca – Añadió.

Empezó a mirar por las habitaciones, seguida por Eva.

No me moví de mi lugar.

Ví como Dana se dirigía hacía la salida, pero Eva la detuvo.

– ¡¿Pero qué haces?! – Escuché decir Eva – !¿Estás loca?! –gritó – !¿Como que vas abrir la puerta ?! ¡¿Y si alguien allí esperándonos armado?!– Volvió a gritar.

– Estás exagerando, Eva – Dijo, poniendo los ojos en blanco – Seguro que solo debe ser alguien que nos quiere gastar una broma de mal gusto – dijo, pero en su rostro no había la misma seguridad de sus palabras.

Dana ignoró por completo a Eva y abrió la puerta, justamente cuando la abrió, una fuerte lluvia entró por la puerta, mojando el suelo de la entrada de la casa.

– Voy a ir a ver, quédense aquí – Dijo, cerrando la puerta detrás de ella.

Se formó un silencio.

Eva soltó un suspiro de frustración.

– Nunca me hace caso – murmuró más para ella que para mí.

Se sentó en el sofá de la sala.

– ¿Qué haremos? – Pregunte.

– Vamos a hacer lo que nos dijo, quedarnos aquí – Respondió.

Parecía que todo ese miedo que tenía Eva se esfumó, ahora parecía calmada, demasiado calmada, como si no recién hubiera salido Dana en medio de una tormenta, sin saber si volverá.

Miré hacia la puerta que hace unos minutos había salido Dana, con la esperanza de que volviera.

Pero no fue así.

Aún después de media ahora seguía sin haber rastro de Dana.

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